15 noviembre 201508:40
El Plan de Rehabilitación de depósitos emprendido por Servicios de Txingudi dará en Iparragirre bajo su próximo paso. Existen cinco de estas infraestructuras en la comarca del Bidasoa, y cuatro de ellas fueron construidas en los años 70. Tras más de 40 años de servicio están siendo remodeladas paulatinamente. La principal función de los depósitos «es almacenar y regular el abastecimiento de agua de la población, por zonas determinadas», explicó Josean Rodrigo, jefe del departamento de Redes y Obras de Servicios de Tinxudi.
DEPÓSITOS DEL BIDASOA
Iparragirre Alto. Abastece a Anaka, Lapitze, Belaskoenea, Urdanibia, Puiana y Ventas.
Ibaieta. Olaberria, Larreaundi, Santiago, Mendibil, Olaketa y centro.
Buenavista. Behobia, Artia, Dunboa, Arbes y Meaka.
Iparragirre Bajo. Anzaran, San Miguel, Pinar y Estación.
Errandonea I y II. Hondarribia.
La Mancomunidad comenzó a rehabilitar los depósitos en 2012, abordando en primer lugar el situado en Ibaieta. Esta infraestructura tiene una capacidad de 6.500 metros cúbicos y suministra agua al 19% de la comarca del Bidasoa; concretamente, abastece a Olaberria, Larreaundi, Santiago, Mendibil, Olaketa y el centro de Irun, lo que supone el 28% de la población de la ciudad. Servicios de Txingudi invirtió 610.000 euros en los trabajos de renovación, que ya han concluido.
«La actuación principal se llevó a cabo dentro del propio depósito, y consistió en su completa impermeabilización», explicó Josean Rodrigo. El resto de trabajos han incluido actualizar las válvulas, mejorar los sistemas de seguridad, urbanizar el entorno del depósito, instalar una tubería de by-pass desde Elordi y rehabilitar la propia edificación, que se encontraba en un estado deficiente.
La siguiente parada del Plan de Rehabilitación es el depósito de Iparragirre bajo. Su renovación requerirá de un presupuesto similar al invertido en Ibaieta y será una de las principales inversiones de la Mancomunidad en 2016. La infraestructura presenta, debido a su antigüedad, varias deficiencias como juntas erosionadas y fisuras en las paredes exteriores.
Además, Iparragirre bajo «está situado en un terreno que tiene una zona de relleno», algo que afecta a la infraestructura y hace más necesarias las obras. «Tenemos que estudiar si es posible una rehabilitación del edificio o si tendremos que construir uno nuevo», señaló Josean Rodrigo. Se va a realizar un estudio y a redactar un proyecto, con un coste de 30.000 euros, para determinar si es más conveniente reparar el actual edificio o realizar uno nuevo.
En una actuación previa, ya ha comenzado a instalarse en Iparragirre bajo una tubería de by-pass: este sistema permitirá seguir suministrando agua a la población que depende de este depósito durante los trabajos. Se prevé que la obra completa de renovación tenga un coste similar al que ha supuesto la realizada en Ibaieta: en principio, Servicios de Txingudi contempla destinar el año que viene 350.000 euros. Esta cantidad «puede no ser suficiente dependiendo de la solución que se adopte para la renovación», en cuyo caso «se requeriría de una inversión interanual superior». Ahora mismo, «es una actuación prioritaria para nosotros», subrayó Josean Rodrigo. El estado de Iparragirre bajo, «sin llegar a ser preocupante», hace necesaria la rehabilitación.
Una vez concluya esta actuación, la Mancomunidad prevé acometer en próximos años las renovaciones de Iparragirre alto y Errandonea I, este último situado en Hondarribia.
El renovado depósito de Ibaieta, que está ubicado en una colina y es visible desde varios puntos de la ciudad.