El Grupo Municipal Euskal Herria Bildu ha invitado a los ciudadanos irundarras a realizar «un consumo responsable también en Navidad». Asegura la coalición abertzale que estas fechas suponen «una bonita oportunidad para saber qué tipo de consumidores somos y pensar qué hábitos de consumo tenemos».

En su reflexión, los ediles de Bildu plantean trascender el concepto de 'consumo sostenible' para trasladarse a uno más amplio, el 'consumo responsable'. Con el primero «se tiene en cuenta cómo se produce (impacto medioambiental, peligros del producto, mano de obra...) y dónde (explotación infantil, países en guerra, transporte de larga distancia...) aquello que vamos a consumir». El segundo suma a esos criterios otros como «pensar si lo necesitamos de verdad; si lo han fabricado multinacionales, baserritarras, pequeñas cooperativas, artesanos...; si lo venden grandes superficies, pequeños comercios; si su venta se ajusta a un código ético, si hay una responsabilidad social...». Para Bildu, esas variables ayudan a desarrollar «espíritu crítico en los consumidores responsables», que «deben estar informados y sensibilizados, ser críticos y conscientes».

Refiriéndose a datos estatales, Bildu cifrá en el 82% «las superficies de compra ocupadas por súper e hipermercados. Irun no estará lejos de esos datos». Añade que «sólo el 5% de los productos que consumimos se producen en el entorno cercano» y que así, de 50.000 productores agrícolas en la CAV en 1950, «hoy en día quedan unos 9.500».

Para avanzar hacia «ese otro Irun distinto que queremos», Bildu sugiere cinco ideas para esta Navidad. «Antes de comprar algo, reflexionar si realmente se necesita o si nos guía la publicidad». A la hora de la adquisición, «averiguar de qué materia prima se fabrica, de qué manera su proceso de manufacturación impacta al medio ambiente y si genera algún daño o injusticia social». También pide considerar «qué impacto al medio ambiente tiene su uso y los residuos y basura que genera». Pide recordar que se compra «el contenido y no el envase ya que muchas veces se paga más por lo que implica la fabricación y la eliminación del envoltorio que por su contenido». Por último anima a evitar «latas y productos muy envasados. Fiambreras y tarros de cristal son una forma más ecológica de guardar alimentos que plástico y aluminio».