Bidassoa Basque Brewery nació hace un año como la primera fábrica de cerveza artesanal en Irun. Su maestro cervecero, Carlos Arrecuebieta, explicó en la última sesión de Innovmugabe su relación con el programa transfronterizo.

«Apenas habíamos arrancado cuando nos convocaron a un encuentro de productores agroalimentarios de la comarca e Iparralde». Para ellos fue un buen punto de apoyo. «No conocíamos a nadie del sector y fue interesante coincidir con empresas con las que hemos venido hablando de proyectos, no grandes pero sí interesantes». Se encontraron allí también «con los que son ahora nuestros distribuidores en Francia, de Biarritz. Ya nos conocíamos, pero a raíz de aquello cerramos el acuerdo». Habían sido advertidos de las dificultades que tendrían para entrar en el mercado cervecero francés, «pero estamos vendiendo muy bien en Iparralde y este distribuidor nos ha llevado hasta Burdeos y Toulouse».

Tras aquello llegaron otras experiencias como «Gure Gourmet», una caja con muy diferentes alimentos y bebidas de producción propia (siempre Bidasoa y Sud Pays Basque) que «funcionó bien, hizo ruido en redes sociales para que la gente conociera los productos y con algunos de aquellos 'embajadores'», que eran ciudadanos que se ofrecieron a preparar un ágape para amigos o familia usando aquellas cajas, «hicimos buena relación».

Otras colaboraciones han sido más técnicas. Por un lado, «un estudio de eficiencia para ahorrar agua y energía en el proceso de producción y realizar una buena gestión de los residuos que generamos. Lo estamos haciendo con Azti; sin Innovmugabe, no hubiéramos tenido capacidad para afrontarlo. Y nos va a venir realmente bien».

El otro, también subvencionado, es una herramienta informática de gestión diseñada expresamente para ellos por la empresa Stek. Por especiales sobre el alcohol y ciertas complejidades técnicas en las materias primas, en su caso, «es algo que nos hace falta, porque perdemos muchísimo tiempo. Pero no podíamos pagarlo».

El proyecto Innovmugabe ha celebrado su sesión de balance final tras haber sido durante más de un lustro el paraguas para la colaboración transfronteriza entre empresas e instituciones de Irun, Hondarribia y los 14 municipios de la Agglomération Sud Pays Basque. Su objetivo ha sido «promocionar el conocimiento mutuo y la innovación en las pymes de ambos lados», explicaba Miguel Ángel Páez, presidente de Bidasoa activa, la entidad que lideró la gestión del programa.

Páez enumeró varias ventajosas consecuencias de esta colaboración financiada desde Europa: «empresas que no contaban con recursos humanos ni financieros para desarrollar procesos de innovación han podido implementarlos, hemos afianzado relaciones socioeconómicas e identificado proyectos clave». Sobre todo, «hemos dejado asentadas las bases para colaborar en materia económica, que hasta ahora era complicado. Hemos reforzado la confianza transfronteriza», destacó.

En su última fase, Innovmugabe han centrado los esfuerzos en la actividad agroalimentaria y en el sector naútico, en su sentido más amplio. Jean-Baptiste Laborde, uno de los vicepresidente de la Agglomération, explicó los más de doce «proyectos ligados a la agricultura y a empresas productoras». Manuel de Lara, también vicepresidente de Agglomération, se refirió al sector naútico, «en el que tenemos 1.300 puestos de trabajo y más de 140 agentes, incluidas dos marcas líderes mundiales, como son Tribord y Quicksilver, y una empresa tecnológica de renombre mundial como Tecnalia».

El vicepresidente de Bidasoa activa, Juan Mari Altuna, concluyó que el balance ha sido «muy positivo, con proyectos de alto valor teconológico, siempre desde un punto de vista de crecimiento sensato y sostenible».