Irun ha ayudado a 19 negocios con el programa 'K-Biziak'

XABIER SAGARZAZU - Miércoles, 25 de Enero de 2012 - Actualizado a las 05:27h

IRUN. Un total de 19 proyectos empresariales a cargo de emprendedores se han beneficiado, en dos años de vida, del programa de ayudas al alquiler K-Biziak, impulsado por el Acuerdo por el Empleo de Irun con el objetivo de "ayudar a los nuevos negocios a echar a andar" y "revitalizar los entornos de las calles Hondarribia y Pinar, por un lado, y la zona alta de Serapio Múgica y Pío XII", los ámbitos de la ciudad que abarca la iniciativa.

Son cifras que dio ayer a conocer Miguel Ángel Páez, concejal delegado de Promoción Económica de Irun, en una visita a la tienda Eskuka, ubicada en la zona de Pío XII, concretamente en el número nueve de la calle José Eguino.

El edil y también presidente de Bidasoa Activa, entidad que se encarga de gestionar el programa, se acercó a conocer este negocio, que abrió sus puertas el pasado mes de julio, y aprovechó para repasar los datos que arroja K-Biziak en sus algo menos de dos años de vida.

BUENA RESPUESTA Miguel Ángel Páez señaló que las ayudas de K-Biziak "se han demostrado eficaces para ayudar a personas que, en estos tiempos complicados, muy difíciles en comparación con el pasado reciente, se han querido animar a poner en marcha su propio negocio; la respuesta ha sido muy buena, tanto por parte de los emprendedores como de los propietarios de locales".

El edil destacó el "doble valor" de las ayudas de K-Biziak, que permiten financiar el 50% del alquiler de un local (con un máximo de 400 euros al mes) el primer año y el 25% el segundo año (con un tope mensual de 200 euros).

"Por un lado, permiten generar actividad económica y empleo, y allanan, aunque sea un poco, el camino a quienes tienen una idea de negocio; por otro, están dando vida y regenerando el comercio y la vida social de las zonas de Pinar-Hondarribia y Pío XII y su entorno", indicó el edil.

MUY CONTENTOS Los hermanos Merche y Jose Manuel Enrique, que regentan la tienda Eskuka, señalaron que están "muy contentos" con la marcha de su negocio y afirmaron que "contar con estas ayudas para pagar el alquiler es algo que nos animó a lanzarnos".

"Hace años que teníamos la idea de montar una tienda dedicada a las manualidades y actividades artísticas. El apoyo de Bidasoa Activa, tanto el económico como el de los cursos de emprendizaje, ha sido importante para nosotros, porque te aporta una cierta tranquilidad en los inicios", señaló José Manuel Enrique.

Por su parte, Miguel Ángel Páez aseguró que "el sector del comercio es un activo económico importante para Irun y mantiene, al contrario que en el resto de Gipuzkoa, un pulso de actividad, con un ligero aumento del número de aperturas frente al de cierres de negocios; programas como K-Biziak son necesarios y vamos a seguir apostando por él".

El edil animó también a los propietarios de locales, ya que "siempre es mejor tenerlos alquilados que cerrados, y además, en este caso, con la implantación de negocios cuyo proyecto viene asesorado y revisado por Bidasoa Activa".

Para más información sobre K-Biziak, se puede llamar a Bidasoa Activa al 943 633 076 o visitar su web (www.bidasoa-activa.com).

La crisis financiera municipal pone en jaque a la Diputación

MIKEL MUJIKA - Miércoles, 25 de Enero de 2012 - Actualizado a las 05:26h

DONOSTIA. La cercanía del mes de febrero en que la Diputación de Gipuzkoa efectúa la liquidación del Fondo Foral de Financiación Municipal (FFFM) ha instalado en buena parte de los ayuntamientos guipuzcoanos una sensación de alarma que se disparó ayer, llevando a los tres principales partidos de la oposición en las Juntas Generales, PNV, PSE-EE y PP, a pedir a la Diputación que actúe para evitar el ahogo financiero de muchos municipios.

Esta maniobra, en definitiva, aumenta la presión sobre un departamento de Hacienda que ya hace tiempo fijó una posición clara al respecto, cuando el desvío recaudatorio presagiaba que los consistorios tendrían que devolver un dinero que probablemente ya se habían gastado. La decisión entonces fue que las arcas guipuzcoanas no se podían permitir la concesión de un aplazamiento a los municipios, tal y como se hizo en 2009 (los 99 millones negativos de ese ejercicio se están abonando en tres tramos de 33 millones en 2011, 2012 y 2013).

Esta vez, el pago no se pospondrá. La Diputación lo reiteró ayer una vez más. La portavoz foral, Larraitz Ugarte, justificó esta medida al afirmar que la situación financiera de la Diputación en 2009 era "mejor" que la actual, con un remanente de tesorería de "300 millones y pico" que hoy en día no existe. El único mensaje de esperanza para los municipios en peor situación, es que "la Diputación no dejará que nadie se ahogue", recalcó Ugarte.

Hacienda exigirá este mismo febrero el pago de la mitad de la cuantía que a cada municipio le corresponda, y la devolución de la otra mitad la requerirá a lo largo de este mismo año. Solo habrá negociación en casos extremos que Hacienda no descarta.

A la espera de la liquidación final, en la que también influirá el ajuste del Cupo que enfrenta al Gobierno Vasco y el Ejecutivo central, la cantidad que tendrán que devolver los municipios rondará los 51,7 millones de euros. Se trata de parte del dinero que la Diputación les adelantó para hacer frente al ejercicio 2011 en virtud de las previsiones de ingresos. Los consistorios, en pagos trimestrales, han recibido 406 millones y la realidad recaudatoria dice que solo les correspondían 355.

Para el PNV, el diputado general, Martin Garitano, "debe encabezar y liderar las negociaciones de una Diputación que debe hacer frente a la desesperante situación de los consistorios". Los jeltzales, favorables a un aplazamiento, pidieron la "comparencia urgente" de Garitano para dar cuenta de las negociaciones con los alcaldes. Por su parte, el PSE, el más duro en su discurso, cree que Bildu es "irresponsable" en su firmeza y critica al PNV por su "incoherencia" y por permitir mediante la aprobación de los presupuestos que se "deje en la estacada" a los municipios.

Por su parte, el PP, ve acertada la negativa de Bildu a un aplazamiento debido a la delicada situación de las cuentas forales, pero insta al Gobierno a trabajar en otro sistema de financiación en el que los municipios participen en la elaboración de las previsiones recaudatorias.

"Él no tenía ningún derecho a quitarme a mi madre de aquella manera"

A.U. SOTO - Miércoles, 25 de Enero de 2012 - Actualizado a las 05:26h

DONOSTIA. Angie, la hija de Yasmín Zamira que tenía 18 años cuando su madre fue asesinada, entró al tribunal con decisión, sin temer enfrentarse al acusado de matar a su madre, al que nada más sentarse le espetó: "¡Hijo puta!". Pero la entereza duró apenas unos minutos y el recuerdo de su madre conforme iba contestando las preguntas que le hacían los letrados le hizo que las lágrimas estuvieran presentes durante toda la declaración.

Aún así, Angie explicó claramente que su relación con Edward era "cordial", aunque no le caía bien, porque solía dejar notas a su madre diciéndole que "era una mala hija". "Le decía que no se esforzara por mí porque era una mala hija y me iba a ir de casa pronto", recordó. Según relató, su madre tenía hasta cinco trabajos en distintos lugares para ganar dinero y asegurarle así una educación a Angie. "Quería que fuera médica, la doctora Sánchez", apuntó; sin embargo, tras la muerte de su madre, explicó que ha tenido que ponerse a trabajar para pagarse los estudios, aunque no descartó hacerse odontóloga, porque le gusta "y porque mi madre se merece que siga estudiando".

Angie detalló que Edward era muy posesivo. "Tras una discusión, (Yasmín) me dijo que él siempre le seguía a todas partes", señaló. "Siempre la estaba llamando a todas horas", añadió.

La misma tarde previa a la muerte de su madre, Angie le preguntó sobre un rumor que le había contado el que ahora es su exnovio sobre un posible romance con un amigo, pero Yasmín se lo negó y le explicó que estaba con Edward, que se estaban dando "una segunda oportunidad".

Esa noche, ella vio una película en casa de su novio de entonces, el hijo de Inés Alicia, y decidió esperar a que ambas amigas regresaran para irse con su madre a casa. "Pero ella nunca llegó", lamentó.

"Quiero dejar claro que él no tenía ningún derecho de quitarme a mi madre de aquella manera, sin oportunidad de defenderse", recalcó al final de su declaración.

A VUELTAS CON EL ALCOHOL Uno de los puntos que más debate suscitó ayer es saber si el imputado se encontraba borracho en el momento de los hechos o no, puesto que puede ser usado por la defensa como atenuante. A pesar de que las pruebas de orina que se le realizaron no hallaron restos de bebidas alcohólicas, las declaraciones en torno a este punto fueron algo contradictorias, incluida la de un taxista irundarra que llegó al lugar de los hechos instantes después de que hirieran de muerte a Yasmín y que aseguró que en el coche del agresor olía a "alcohol".

"Sé que he hecho lo peor, pero no soy violento; estoy arrepentido de todo"

ANA ÚRSULA SOTO - Miércoles, 25 de Enero de 2012 - Actualizado a las 05:26h

DONOSTIA. "Cómo quiere que me sienta, sé que he hecho lo peor, pero no soy una persona violenta. Estoy arrepentido de todo, de una brutalidad como esta, y más a ella". Edward Enrique San Clemente, el acusado de matar a Yasmín Zamira Rodríguez el 9 de mayo de 2009 en Irun y herir a Juan Pablo Urtizberea cuando este intentó intermediar entre ambos, ofreció ayer un testimonio vago e inconcreto. Fue el primero en declarar durante la segunda jornada del juicio por estos hechos que se celebra en la Audiencia de Gipuzkoa. A lo largo de las casi dos horas que duró su declaración, "no recuerdo" fueron sus palabras más repetidas, sobre todo para referirse al momento en el que acabó con la vida de Yasmín a cuchilladas y a las horas previas en las que discutió con ella.

Edward relató que Yasmín y él se conocieron en Colombia, pero se casaron cuando ya los dos vivían en Irun, en marzo de 2003. Ambos, junto con Angie Lorena -la hija de Yasmín-, convivieron durante un tiempo hasta que la relación se rompió. Según explicó la hija, quien también declaró ayer, la razón fue una infidelidad por parte de él, aunque San Clemente lo negó y alegó que su trabajo como portero en un club de alterne creó "inseguridad" en la pareja. Pese a ello, en el momento de los hechos se estaban dando "una nueva oportunidad", aunque iban "paso a paso", según confesó el agresor.

Con cierto baile de horas, Edward relató la tarde previa a los hechos, en la que Yasmín fue a comer a su casa. Con posterioridad, ella se marchó para asistir a una cena de despedida de un compañero de trabajo del hotel en el que limpiaba. Según San Clemente, ella le dijo que luego se verían, que le iba a "llamar". Según su relato, él espero en casa bebiendo "tres vasos de whisky" con su compañera de piso, pero a partir de ese momento, ya no recuerda qué pasó, ni cómo llegó a los alrededores del pub The Corner -en la calle Mayor, cerca del Ayuntamiento-, al que se dirigió Yasmín con el resto de compañeros para tomar unas copas.

Según explicó Inés Alicia, amiga íntima de Yasmín y testigo del crimen que también declaró ayer, San Clemente les estaba esperando en la zona y se puso a hablar con Yasmín, a la que "cogió del brazo" y "le tiraba de él". A Inés Alicia le pareció que Edward Enrique estaba "alterado", pero "no" bajo los efectos del alcohol. "No se le veía que estuviera borracho", afirmó durante su declaración. En un momento dado, Yasmín se fue del lugar, pero Edward siguió hablando hacia Inés, según relató ayer esta irundarra de origen colombiano. "Te juro que la mato, la mato, la mato", fueron las palabras que Edward le dirigió. "Lo repitió tres veces y yo me asusté", aseguró Inés, quien se fue hacia al bar para advertirle a Yasmín de las intenciones de su marido, pero esta le restó importancia. "Me dijo: Tranquila guapetona, que él no me hace nada". Si no le creyó fue, en opinión de Inés Alicia, "porque confiaba mucho en él".

Respecto a ese momento, el acusado solo dijo que recuerda que "ella estaba llorando" pero, sin embargo, no sabe "cómo había llegado allí".

Según explicó Inés Alicia, una vez se cerró el pub, ella y Yasmín se dirigieron al hotel, donde tomaron "un café" y cogieron el coche de la víctima para ir a casa. A la altura de la avenida Letxunborro de Irun, sintieron un primer golpe. "¿Qué mami, le diste a algún gato?", le preguntó Inés a Yasmín, a lo que ella le contestó. "No mami, fue Edward". El segundo golpe, sin embargo, fue con "mucha violencia", por lo que acabaron "atravesadas" en la calle y "aturdidas".

En ese momento, según detalló la amiga de la víctima, se bajó del coche para llamar al 112, mientras Yasmín le decía que "iba a hablar con él (Edward)". "Cuando me bajé del coche, le vi bajar con el cuchillo en la mano", aseguró, aunque ya no recuerda qué pasó, solo que vio a Yasmín en el suelo "balbuceando" y con los ojos entornados. "Todo sucedió tan rápido...", apostilló.

Edward, sin embargo, reiteró que no se acuerda de lo que ocurrió. "No sé cómo he hecho todo eso", afirmó, aunque relató un flash que le venía a la mente durante la discusión que tuvo con Yasmín cerca del Ayuntamiento. "Se qué estaba llorando", dijo al respecto.

Pero ni siquiera reconoció que el cuchillo con el que supuestamente mató a Yasmín hirió a Urtizberea y él mismo lo entregó a la Policía fuera de su casa. "Podría ser", expuso.

San Clemente se definió a sí mismo como una persona "no violenta", algo en lo que coincidieron tanto Inés Alicia como Angie al declarar sobre el carácter del imputado. Sin embargo, aunque él aseguro no ser celoso, este punto fue muy discutido por ambas. "Le acosaba muchas veces cuando salíamos del hotel. Le esperaba escondido en el parking", relató Inés Alicia, quien también aseguró que recibía llamadas de Edward "a las cuatro de la mañana" preguntando por Yasmín.

Juan Pablo Urtizberea, quien también declaró en la jornada de ayer, aseguró que él regresaba a casa cuando una mujer en la carretera le paró diciendo: "Me la están matando". Él, que en principio creyó que se trataba de "un accidente de tráfico", vio a "dos personas, una encima de la otra", y fue a "separarlas". Cuando agarró a una de la cabeza, este se puso a "golpearle". "Yo no entendía nada. Intentas mediar y la persona en cuestión se pone a agredirme", dijo, pero no fue consciente de que le habían acuchillado hasta que vio que el otro, cuando cruzaba la carretera "tranquilamente", blandía un cuchillo en la mano. "Sentí calor en el abdomen, me abrí el plumífero, me eché la mano y se me estaban saliendo las vísceras", recordó este irundarra, que afirmó que este suceso le ha cambiado la vida. "Me encuentro vacío, no tengo la vitalidad de antes", expuso. El juicio por estos hechos, para los que el Ministerio Fiscal pide 50 años de prisión por diversos delitos, continúa hoy.