«Todos los viajes a Burkina Faso han sido duros, pero extraordinarios»

CARMEN LAZCANO, UN PEDACITO DE IRUN EN BURKINA FASO

FORMÓ TXINGUDI VIDA JUNTO A FAMILIARES Y AMIGOS Y ASÍ HIZO LLEGAR LA AYUDA Y SOLIDARIDAD IRUNDARRA A BURKINA FASO

Carmen Lazcano es la presidenta de Txingudi Vida,pero también el enlace irundarra con Burkina Faso. / F. DE LA HERA

YLENIA BENITO* Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla Viernes, 9 octubre 2020, 08:14

4.419 kilómetros separan a Irun de Burkina Faso. Está lejos, muy lejos, pero los miles de kilómetros no han impedido que un pedacito de Irun llegue hasta allí. Un pedazo en forma de pozo o de escuela, por ejemplo. El agua potable y la educación son sinónimo de vida. Eso lo saben bien en Txingudi Vida, la ONG que lleva más de 20 años intentando que ese pedazo irundarra en Burkina Faso sea más grande y más fuerte. Cuentan que la acogida y amabilidad de los burkineses son únicas, que siempre reciben a la gente con un 'bonne arrivée'. Carmen Lazcano, la impulsora de Txingudi Vida, lo sabe bien porque ha recorrido varias veces esos 4.419 kilómetros para sentir ese apretón de manos burkinés y trabajar para conseguir una vida mejor para los habitantes de Burkina Faso.

–Carmen, Burkina Faso está muy lejos...

–Lejísimos. El viaje es duro y también caro. Eso es así. Te lo digo por experiencia porque no es que haya ido cada día, obviamente, pero he ido unas pocas veces.

–¿Cómo descubres Burkina Faso?

–Te cuento. Hace años, cuando trabajaba en Decoexa, quería hacerme de la Fundación Vicente Ferrer, pero hablando con un sacerdote de Irun, me contó que tenía un hermano en Burkina Faso. Él me propuso ayudar a su hermano y, la verdad, me pareció una buena idea, pero pensé: «¿yo sola?». Hablé con mi familia y algunos compañeros de Decoexa y así estuvimos un tiempo, ayudando desde aquí.

–¿Qué clase de ayuda era?

–Eran ayudas pequeñas. El misionero Sarasola nos habló de un orfanato que recogía niños abandonados o bebés que habían perdido a su madre en el parto. Unas monjas acogían a estos bebés y los cuidaban hasta encontrar una familia de adopción o hasta que superaban los primeros problemas de salud y volvían a la casa paterna. Lo hablamos también con el que era el párroco de Anaka, había estado en Burkina Faso y le parecía una buena idea.

–¿Y cuándo decidís dar un paso más?

–Unos años después... Yo era la que me encargaba de recoger las donaciones de familiares y amigos y enviárselas al misionero Sarasola, pero era un poco lío y por eso decidimos crear Txingudi Vida. Y así, en 1999 nos registramos como ONG y empezamos a trabajar en diferentes proyectos y con diferentes Ayuntamientos.

–¿Recuerdas el primer proyecto, Carmen?

–Sí, además de seguir colaborando con el orfanato, construimos un pozo de agua potable en un liceo en el que había unos mil alumnos. Estudiaban allí, pero no tenían agua. Allí es algo muy habitual. De hecho, el misionero Sarasola me habló de un proyecto que llevó agua corriente a las casas, que allí son chabolas, pero que no había salido adelante porque no podían pagar el agua. Es algo que impresiona mucho cuando vas allí...

–Háblame de Burkina Faso, ¿cuándo fuiste por primera vez?

–A los pocos años de estar colaborando, viajé con familiares y amigos. Fuimos un grupo pequeño. Recuerdo pisar Burkina Faso y sentir un calor espantoso. Era casi insoportable. También recuerdo cómo me impresionó ver las calles sin asfaltar y sin alcantarillado. Sabíamos que era el tercer mundo, pero cuando estás allí te golpea. Ahora bien, hemos viajado unas cuatro o cinco veces y todos los viajes han sido extraordinarios. Burkina Faso tiene algo que engancha.

–¿El qué?

–No lo sé, supongo que será la amabilidad de la gente. Nos han tratado siempre increíblemente bien. También hemos visitado lugares bonitos, que los hay. Guardo muy buenos recuerdos de Burkina Faso.

–Supongo que también sería una forma de ver el resultado de vuestro trabajo desde Irun...

–¡Claro! Cuando viajamos, pudimos ver los pozos que se habían construido, una sala de informática en el liceo, unos columpios para la maternal... Bueno, fueron años en los que sacamos muchos proyectos adelante. Ahora es más complicado...

–¿Por qué?

–El último viaje fue en 2014. Ahí las cosas empezaron a ponerse peligrosas con los yihadistas y pensamos que era mejor no viajar. Luego, el tiempo es otro factor clave. En esos primeros años, todos teníamos más tiempo de ir a los ayuntamientos, de preparar la documentación de los diferentes proyectos... Ahora, la vida nos tiene más ocupados. No te creas, los nietos, por ejemplo, quitan mucho tiempo. Necesitaríamos a alguien que tenga tiempo y quiera asumir responsabilidades. Preparar los proyectos requiere de tiempo...

–¿Cómo están las cosas ahora en Burkina Faso?

–Supongo que estarán diferentes. Ahora sé que se están asfaltando muchas carreteras porque el transporte, mover las cosas, es importante. El alcantarillado también es mejor. Sé, también, que el actual gobierno está intentando 'frenar' a los yihadistas y que está trabajando por acercar las educación a las aldeas. Por ejemplo, tenemos un proyecto con una congregación que quiere poner en marcha un grupo escolar. También estamos a punto de iniciar la segunda parte de una escuela secundaria. Vamos dando pasos pequeños.

–¿Y volverás alguna vez?

–Ojalá, me encantaría. El viaje es duro y no es económico, pero me gustaría mucho volver. De eso no tengo duda.

La cifra de las AES y Ayudas Especiales supera en octubre a la de todo el año 2019

EL AYUNTAMIENTO SIGUE REFORZANDO EL PRESUPUESTO DESTINADO A PRESTACIONES SOCIALES PARA AFRONTAR LAS NECESIDADES ACRECENTADAS POR LA COVID

Cristina Laborda, delegada de Bienestar Social del Ayuntamiento de Irun.

MARÍA JOSÉ ATIENZAirun.Viernes, 9 octubre 2020, 08:17

El Ayuntamiento de Irun ha tenido que reforzar este año el presupuesto dedicado a las ayudas sociales, debido en buena parte a la incidencia de la Covid-19. En lo que va de año, entre Ayudas de Emergencia Social (AES) y Ayudas Especiales, se ha presupuestado la cantidad de 1.438.138 euros para atender peticiones de familias irunesas.

«Tanto las AES como las Ayudas Especiales son una de las principales líneas de apoyo a las familias en los servicios sociales», explicaba ayer la delegada de Bienestar Social, Cristina Laborda. «Este año se ha reforzado el presupuesto para intentar paliar las necesidades que puedan provocar los efectos de la pandemia, dentro de una premisa fundamental que hemos tenido muy presente desde el inicio del estado de alarma: mantener la atención social priorizando los colectivos más vulnerables y la gestión de ayudas económicas».

1.438.138

Es el presupuesto total activado hasta la fecha para las AES (a 600 familias) y Ayudas Especiales (a 200 familias), lo que supone un 12% de incremento con respecto al gasto por estos mismos conceptos en todo el año 2019.

En total, se han presupuestado para este año Ayudas de Emergencia Social por valor de 1.226.138 euros, que se han distrubuido entre alrededor de 600 familias irunesas. Las AES son prestaciones periódicas destinadas a personas o familias cuyos recursos resultan insuficientes para hacer frente a gastos necesarios para poder vivir dignamente (alquiler, crédito hipotecario, agua, luz y gas, entre otros). Son ayudas que financia Gobierno Vasco y que gestionan los ayuntamientos, si bien en los últimos años el área municipal de Bienestar Social ha tenido que completar este programa con fondos locales, ya que el dinero presupuestado desde Vitoria se ha agotado antes del final del ejercicio.

Concretamente este año, hace unas semanas, se tuvieron que activar 126.481 euros destinados a estas prestaciones para poder seguir atendiendo nuevas necesidades en lo que resta de 2020.

Al inicio del presente mes de octubre, la cifra de las AES había superado ya el dato de todo el año 2019, que fue de 1.082.725 euros.

Compromiso de apoyo

En cuanto a las Ayudas Especiales, financiadas enteramente por el Ayuntamiento de Irun para casos excepcionales que cubren necesidades que no pueden ser atendidas por las AES o por la Renta de Garantía de Ingresos, esta misma semana también se ha tenido que aumentar el presupuesto en 70.000 euros para poder atender hasta final de año a las familias que lo necesitan.

En total, se han presupuestado Ayudas Especiales por un importe de 212.000 euros, distribuidos entre 200 familias irunesas. Al igual que con las AES, el dato en octubre supera ya el balance de estas prestaciones de todo 2019, que fue de 127.352 euros.

Sumando las cifras de las AES y de las Ayudas Especiales, el presupuesto total activado en 2020, a fecha de ayer, era de 1.438.138 euros, lo que supone un 12% más de lo gastado en estos mismos conceptos en todo el año 2019.

Cristina Laborda destacaba a este respecto que «tenemos presupuesto reservado para fin de año que podría ser suficiente. No obstante, mes a mes vamos estudiando la evolución de las ayudas y, en caso de necesitar más, el Ayuntamiento de Irun tiene capacidad para ampliar estos programas y dar respuesta a estas necesidades, porque nuestro compromiso es apoyar a todas las familias y que ninguna se quede atrás».

La delegada de Bienestar Social explicaba que «la incidencia de la Covid-19 está teniendo una relación directa con el incremento de las ayudas. Las necesidades pueden aumentar y por eso los programas para dar apoyo se han reforzado co n conceptos que hasta ahora podrían parecer no ser tan prioritarios, pero que la pandemia los ha vuelto, en algunos casos, imprescindibles».

Cristina Laborda se refería, entre otras ayudas, a las destinadas a cubrir gastos de manutención (193 casos entre AES y Ayudas Especiales) o a evitar la brecha digital, escolar con la compra de ordenadores o la instalación de la conexión a internet (8 casos).

También hay que reseñar, en el capítulo de Ayudas Especiales, las dirigidas a afrontar posibles desahucios. «Hay una persona en los servicios sociales de base específicamente dedicada a este tema y es verdad que su trabajo está aumentando», dijo la delegada. «Estamos haciendo un seguimiento muy directo de cada casos para que si alguna familia tiene que enfrentarse a un desahucio disponga inmediatamente de una alternativa habitacional».

Cristina Laborda informó, por último, sobre la convocatoria de ayudas a la conciliación, incorporada este verano tras la suspensión de las colonias provocada por la pandemia. A cierre del plazo de solicitud, se habían registrado un total de 105 peticiones de ayuda. El presupuesto destinado a esta convocatoria ascendió a 100.000 euros.

Osakidetza ha confirmado que la campaña de vacunación de la gripe en la comarca comenzará el próximo martes, día 13 de octubre. La previsión es que se prolongue hasta mediados del mes de diciembre y se vacune a unos 20.000 bidasotarras.

«Debido a las circunstancias excepcionales que estamos viviendo», indicaban desde la OSI Bidasoa, la campaña «no tendrá lugar en los centros de salud», sino en locales próximos que se han habilitado para esta función. En Hondarribia será en Itsas Etxea, mientras que en el caso de Irun, el Ayuntamiento ha ofrecido locales municipales próximos a ambos ambulatorios. Los pacientes de Irun-centro, el centro de salud de la avenida de Gipuzkoa, tendrán su espacio para la vacunación en el local de la AVV de Elitxu-Lapice (avenida de Euskal Herria, 25); para los pacientes adscritos al centro de salud de Dunboa, se ha habilitado la sede de la AVV Dunboa (calle Martxoak 8, 4).

No hay que llamar

En una primera fase se vacunará a la población de riesgo: mayores de 65 años, menores de 65 con patología crónica y embarazadas y puérperas, además de profesionales sanitarios, incluidos farmacéuticos, trabajadores sociosanitarios y personas cuidadoras del entorno familiar. En una segunda fase «se vacunará a quienes no pertenezcan a la población diana, como pueden ser las y los profesionales de la educación».

Siguiendo esos criterios, se va citando a los pacientes y cada persona recibe por SMS, en un plazo de 24 horas, día, hora y lugar al que acudir. Osakide-tza incide en que «no se debe llamar a los centros de salud para solicitar cita; serán los centros de salud quienes contacten con los pacientes».

Dado el gran volumen de población que se va a vacunar, para poder hacerlo de forma progresiva y ordenada, Osakidetza recomienda a los pacientes que se mantengan «a la espera de la llamada de su centro de salud. Intentaremos minimizar cualquier posible demora que pueda producirse. Agradecemos la comprensión de todas las personas, a las que pedimos disculpas por anticipado».

La ONG Behar Bidasoa está recibiendo noticias preocupantes desde Ruanda. Aunque la pandemia de la Covid-19 «no se ha extendido como aquí, hay restricciones para su prevención, que están ocasionando otros problemas», explica el presidente de Behar Bidasoa, Agustín Ugarte.

La ONG bidasoarra envía trimestralmente una ayuda para la compra de alimento y medicinas destinada a los presos de tres cárceles del país. Miles de reclusos ruandeses subsisten gracias a la comida que les llevan sus familiares y en este momento, las visitas a las prisiones están prohibidas para prevenir contagios.

En una reciente carta recibida por la ONG, las religiosas encargadas de hacer llegar la ayuda agradecen la perseverancia de Behar Bidasoa «en el envío para la compra de medicamentos y alimento en favor de los prisioneros de las cárceles de Muhanga, Huye y Mpanga. De la situación de las personas «que están encerradas en estas cárceles», añaden «os podemos decir que se nota las consecuencias de la pandemia. Los familiares no tienen permiso para visitarlos y esto acarrea la hambruna que están padeciendo, los enfermos son más numerosos y las muertes están aumentando».