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Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 14 de Febrero de 2021.
En Irun tenemos nuestra manera de decir 'te quiero'. Sí, algo así como un idioma propio. Como el élfico gris que inventó Tolkien, pero mucho más sencillo. En Irun decimos 'ai lof llu'. Además, no lo decimos sólo hoy que es San Valentín. No. Lo decimos a menudo y la culpable e inventora de este idioma con tanta personalidad es Raquel. Desde su tienda en la calle Jacobo Arbelaiz, Raquel nos dice «ai lof llu» cada día y nos invita a decirlo con prendas llenas de estilo y personalidad o 'joyos'. Sí, has leído bien. 'Joyos'. En 'Ai lof llu atelier' no hay joyas ni bisutería, hay joyos creados y personalizados por Raquel. Bienvenidas y bienvenidos a este pequeño gran universo que ha creado esta irundarra. 'Ai lof llu atelier' tiene una dueña ingeniosa, un idioma especial, 'joyos' preciosos y, sobre todo, un estilo propio. Rechaza imitaciones, aquí decimos «ai lof llu».
–Raquel, hoy que es San Valentín, ¿cuántos «ai lof llu» vamos a decir?
–(Risas) Siempre es buen momento para decir «ai lof llu» y también, muy importante, para decírnoslo.
INICIOS«Empecé con una amiga vendiendo 'joyos' en el Puerto Deportivo y a través de Facebook»DETALLES«Los pequeños detalles marcan la diferencia, aquí hasta la música que pongo es diferente»
–¿Cuándo empezamos en Irun a decir 'ai lof llu'?
–Pues la tienda la abrimos una amiga, Susana, y yo hace ya seis años, pero en realidad no empezamos aquí en la tienda con esta aventura.
–¿Y dónde fue?
–Nosotras en realidad empezamos haciendo 'joyos' y vendiéndolos en el Puerto Deportivo de Hondarribia y a través de Facebook. Así empezó todo.
–¿'Joyos'?
–(Risas) Sí, no nos gustaba decir bisutería. Es verdad que hay bisutería muy fina, pero no nos identificábamos con esa palabra y joya era demasiado. Son piezas que hacíamos nosotras. Utilizábamos metal, piedras diferentes... Y bueno, entre el Puerto Deportivo y los pedidos de Facebook, poco a poco, fuimos formando una clientela.
–Y entonces llega la tienda...
–Sí, lo recuerdo perfectamente. El 13 de abril de 2015 abrimos la tienda aquí en la calle Jacobo Arbelaiz. ¡Ya han pasado seis años! Los primeros cuatro años los hice con Susana y ahora ya llevo dos yo sola al frente de 'Ai lof llu atelier'.
–¿Te habías imaginado alguna vez vendiendo tus joyos y otras cosas en tu propia tienda?
–Pues sí y no. (Risas) Vengo de una familia de comerciantes, mis padres siempre han tenido comercio, así que sé perfectamente lo que es el oficio. No es algo nuevo para mí. Antes de abrir ya sabía que tener una tienda implicaba mucho trabajo. Eso lo tenía claro. Lo que no tenía claro era el lugar. No me hubiese importado estar en otra ciudad... ¡casi lo hice!
–¿Dónde?
–A Nápoles. Hice un viaje allí y no me hubiera importado quedarme. Me lo pensé mucho. Me quedé enamorada de la ciudad y casi me quedo allí.
–Y la pasión por la moda, ¿de dónde te viene?
–No sé, el tema del 'pulsereo' y tal siempre me ha gustado. Siempre he llevado complementos y siempre me ha gustado hacérmelos y salsear. Yo en realidad soy diseñadora de interiores y diseñadora gráfica. Lo de hacer 'joyos' era un hobbie, lo hago porque me gusta. De hecho, los 'joyos' que hay ahora en la tienda los he creado para llevarlos yo. No suelo hacer cosas que no quiera ponerme yo. Mira, ¿te enseño algo nuevo?
–¡Claro!
–Estas 'malaquitas' las he hecho yo. En una feria medieval en la que estuve, una mujer me recomendó llevar una. El mundo mineral es muy complejo y tampoco es que quiera meterme ahí, pero me hice una 'malaka' para mí y todo el mundo me empezó a preguntar por ella en la tienda. Al final, he acabado haciendo todas estas. (Risas)
–Lo que se nota en tu tienda es buen rollo y mucha personalidad.
–Yo creo que sí he conseguido que sea un sitio con personalidad. Bueno, con mi personalidad. La tienda soy yo. Pero sí, es un sitio diferente y la gente lo reconoce cuando ve las fotos en redes sociales por ejemplo. También por el estilo. Los colores, la pared de lunares, la calaveras mexicanas con flores... ¡Y la música! Muy importante. La música también dice mucho de la personalidad de la tienda. La cartera cada día me dice que le encantaría quedarse toda la mañana de lo mucho que le gusta la música que tengo. No sé, los pequeños detalles son los que marcan la diferencia.
–Y tú también marcas la diferencia, Raquel, porque tú eliges cada prenda de 'Ai lof llu atelier'...
–Así es. Yo procuro que no todo el mundo lleve la misma prenda. Claro que sigo las tendencias, pero de forma que no todos vistamos igual. Es algo que desde el principio, tanto Susana como yo, tuvimos claro. Traigo cosas con las que puedo competir. Calidad y precio, es la clave. Trabajo con casas que tienen una calidad muy buena y a precios asequibles. Además, trabajan muy bien las temporadas y, por ejemplo, no me mandan tirantes en diciembre.
–¿Y cómo somos en Irun? ¿Nos atrevemos a la hora de vestirnos?
–Bueno... (Risas) No somos muy atrevidas, pero yo creo que he conseguido que la tienda tenga un estilo definido. La tienda es pequeña, pero hay espacio para muchas cosas y también para mis consejos.
–El detalle que marca toda la diferencia, tú...
–Estoy muy contenta con la clientela de la tienda. Hay personas que venían al Puerto Deportivo o que nos compraban por Facebook y que siguen aquí en la tienda. ¡Eso es una gozada!
–¿Y cómo llevan lo de hablar el idioma 'ai lof llu'?
–(Risas) Es divertido. Hay gente que por redes sociales me escribe así y, a veces, no entiendo lo que ponen. Pero es también parte del estilo de la tienda. |
