13 octubre 201600:51
Como todas las cosas grandes, Santiagotarrak empezó de la nada, pero hay que reconocerle que lo hizo con ambición. Apenas llevaba un año de actividad y se embarcó en la organización de un Descenso Internacional del Bidasoa que se ha convertido en una cita clásica del piragüismo, un icono del buen hacer del club y un motivo de orgullo para la ciudad.
Esta competición «es la prueba principal» de cuantas el club ha organizado. Las palabras literales son de la presidenta actual, Olatz Zabala, pronunciadas el martes en la inauguración de la exposición que la sociedad ha montado en el Museo Oiasso. Hasta el 30 de octubre, las paredes de su sala multiusos rinden homenaje a este club cincuentenario y lo hacen exhibiendo las pruebas de que la ilusión de los pioneros se ha transformado en una preciosa realidad.
Emocionante
En la muestra hay fotos de deportistas desde los 70 hasta hoy, incluidos los cuatro olímpicos
Una piragua de madera en el hall del museo pone sobre aviso al visitante. Dentro, en la exposición, no están todos los carteles de los 50 Descensos del Bidasoa celebrados hasta la fecha, pero sí la gran mayoría y, entre ellos, los que quizá son más importantes, los primeros, los de una década inicial en la que las cosas no se podían dar hechas. Está el primero de todos, el de 1967. Presenta el dibujo de la silueta de un piragüista, un esquema del recorrido y letras sobre fondo blanco. Obviamente, no había fotos de la edición precedente. Sí para el segundo, en la que la luce la imponente imagen de una embarcación en ángulo de más de 45%, desafiante, bajando la presa con el palista en ella.
Cada cartel es hijo de su época y el conjunto ofrece un agradable paseo por las modas y estilos de las cinco décadas que esta competición ha surcado. Ese recorrido, aderezado con los premios como mejor club local recibidos del Ayuntamiento en 2010 y 2016 y con varias publicaciones editadas por la entidad, termina con una impresionante colección de fotos de familia, desde la sección de pista del año 70, hasta las tres (pista, remo y aguas bravas) de este 2016.
Son las caras de un club en el que, como se dijo en la presentación, «la gente hace deporte, pero sobre todo hace vida». Cientos de niños jóvenes y adultos han sido y son Santiagotarrak. Todos lo han sido y son, pero la exposición, en lugar principal, hace un homenaje a cuatro personas que alcanzaron un hito al alcance de muy pocos deportistas. Pedro Alegre (Los Ángeles 1984), Izaskun Aramburu (Atlanta 1996 y Sydney 2000), Esteban Arakama (Atlanta 1996 y Sydney 2000) y Ander Elosegi (Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016), protagonizan sendos marcos por sus participaciones en Juegos Olímpicos. Hay diplomas originales y copias, uniformes, dorsales, información... y una foto de cada deportista. Son las pruebas fehacientes, la muestra indiscutible de que este club ha alcanzado el Olimpo deportivo. Por si todo lo demás le pudiera parecer poco a alguien.