Txingudi Vida abrió ayer su mercadillo solidario en la calle Estación

La ONG local Txingudi Vida lleva más de una década organizando en la ciudad un mercadillo solidario anual cuya recaudación viene a respaldar la actividad de cooperación que realiza en Burkina Faso. Los convenios anuales que mantiene con los Ayuntamientos de Andoain, Hondarribia e Irun, apoyados con los ingresos propios como los que genera este mercadillo, han servido «para ir construyendo escuelas de Primaria y Secundaria en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, y en la segunda ciudad en importancia del país, Bobo Dioulasso», explicaba la presidenta de Txingudi Vida, Carmen Lazcano.

Tras el éxito en esa importante apuesta por la educación de los niños más desfavorecidos de esta región africana, la ONG ha abierto una nueva línea de trabajo. «Las clases de la mañana terminan allí a las 12.00 y a las 14.00 empiezan las de la tarde. Son las horas de más calor, con más de 40 grados ahora mismo, y a los niños les resulta muy duro volver a esas horas por carreteras con un tráfico de locos que son peligrosísimas». Lo peor es que ni siquiera hay seguridad de que en esa parada para comer «vayan a comer algo. En realidad, tampoco sabemos si han desayunado o si van a cenar». Así ha nacido la nueva iniciativa de esta ONG. Quiere ir dotando de comedores las escuelas construidas y a ese fin irán destinados los próximos convenios así como la recaudación del mercadillo solidario que se abrió ayer en la calle Estación, en el local de la antigua librería Magda, y que permanecerá allí hasta el próximo día 31 de mayo. Puede visitarse todos los días en horario de 10.00 a 13.00 y de 16.00 a 20.00 horas.

Como es habitual, el mercadillo se ha nutrido de las donaciones de decenas de irundarras y hondarribiarras; de artistas, como Sara Otaño, y de empresas de la zona «como Juncal Aguirre, que ha aportado muchísimas alpargatas», destacaba agradecida a todos ellos Lazcano. «Hay muchos productos, algunos de mucha calidad, y todos a precio de mercadillo», quiso recordar.