Quince empresas de la comarca se prepararán para ser industrias 4.0

Las empresas son conscientes de que necesitan estar a la última para poder competir en el complicado mercado del mundo actual. A la última, en este caso, significa incorporarse a lo que se ha dado en llamar industria 4.0. En palabras sencillas, aunque el concepto no lo es en absoluto, se puede definir como «la aplicación de las nuevas tecnologías para la creación de nuevos modelos de negocio; es la irrupción de la tecnología en el ámbito empresarial». La frase es de Jon Petralanda, consultor de Idom, la empresa consultora con la que ha contado Bidasoa activa para realizar un estudio sobre la implantación de esa industria 4.0 en la comarca.

El trabajo se realizó a finales de 2017 mediante estrecha colaboración del equipo de Idom y quince empresas de la comarca y contó con financiación del programa transfronterizo Connect Innovation Bai!, que aportó ayudas europeas. Esta iniciativa refuerza «una línea de trabajo que en Bidasoa activa iniciamos ya en 2009, con los primeros programas de apoyo a la innovación». Esa línea se ha mantenido y reforzado y «en 2017, con 60.000 euros de presupuesto, se concretaron seis proyectos con alto grado de innovación tecnológica y relacionados con la industria 4.0 en casi todos los casos», repasó el presidente de la agencia comarcal, Miguel Ángel Páez. «Es una apuesta muy importante y firme», incidió la consejera de Bidasoa activa, María Serrano.

El estudio realizado refleja en cierto modo la situación actual del tejido industrial comarcal ejemplificado en esas 15 firmas participantes. «El diagnóstico nos dice que las empresas de Irun y Hondarribia están entre el 2.0 y el 3.0. Hay pasos que dar y es cierto que no es fácil, pero Bidasoa activa va a compañar a las empresas en ese camino», para empezar, con el desarrollo del plan de acción que incluye el trabajo de Idom.

Lo primero que la consultora hizo fue trasladar a las empresas qué supone la industria 4.0 «desde dos puntos de vista», explicó Petralanda. «En el aspecto operacional, la aplicación de tecnologías pueden hacer el proceso más eficiente, incluso cambiarlo radicalmente para dar a la empresa una ventaja competitiva. Por otro lado, en cuanto al producto o servicio que ofrece la empresa, añadir inteligecencia (mediante procesos como la servitización, la datificación) puede cambiar el modelo de negocio». Lo ejemplificó con una empresa que «fabrica mesas. Si les añade un sensor de temperatura y humedad, está vendiendo, además de una mesa, un servicio de control de la temperatura en el recinto en el que está esa mesa».

El ejemplo «es parecido al que nos puso a nosotros», recordó Álvaro Coca, el director industrial de la irundarra Alcad Electrononics, «en nuestro caso con antenas, que es lo que fabricamos, y que se podrían colocar en los tejados con sensores de temperatura y de polen en el aire». Esta empresa es una de las que ha participado en el estudio. «La industria 4.0 nos parecía algo abstracto. Después de trabajar con Idom hemos dado forma a cosas que ya estábamos haciendo para incorporarlas a un marco 4.0 y tenemos claras las acciones para los próximos 2-3 años. Nos ha dado herramientas e ideas y hemos pasado de estar enfocados sólo a hacer una fábrica más inteligente a ampliar mucho las miras de lo que la industria 4.0 nos puede aportar. Ahora nos queda lo más difícil, que es implantar todas esas ideas y que resulten prácticas».