La manera en la que la crisis económica afecta a la ciudad es muy variada. A falta de los datos del pasado trimestre, el último de 2012, se aprecia con claridad que algunas tendencias negativas siguen sin poder corregirse. Irun está perdiendo establecimientos comerciales y hosteleros, claro síntoma de un consumo que se retrae, y baja también el número de trabajadores en transporte y logística. El sector servicios, en el que se engloban todos estos, da empleo al 73,7% de los irundarras que trabajan y que eran 25.576 en 2011 (según fuentes del Eustat) y 27.064 un año antes.
El comercio se resiente
Los establecimientos minoristas llegaron a ser más de 1.200 cuando la crisis asomaba, allá por el final de 2008 y principios de 2009, con una tasa de tienda por habitante mayor en Irun que, incluso, en San Sebastián. Sin embargo, crisis mediante, el septiembre pasado, se contabilizaban 1.043. No es mala cosa que más de un millar de negocios levanten la persiana cada día, pero siendo el sector servicios el que soporta casi tres de cada cuatro empleos en Irun, cualquier síntoma de debilidad en el subsector comercial enciende las alarmas.
Algo mejor están aguantando los hosteleros. El pasado septiembre, había en la ciudad 327 bares, 34 cafeterías y 135 restaurantes; es decir, 11, 6 y 4 menos, respectivamente, que en el verano de 2008.
El caso del transporte
Si ha habido un subsector con un comportamiento realmente curioso desde que empezara a asolar la crisis ha sido el del transporte. En número de trabajadores en el sector, a falta de disponer de los datos de cierre de 2012, los cuatro años anteriores han supuesto una merma de más de 500 empleos sobre los 3.500 que existían en 2007. Lo curioso es que en ese tiempo, las empresas dedicadas a la logística y el transporte padecieron un decrecimiento casi inadvertible: de 672 a 669. Más curioso aún que desde diciembre de 2011 a septiembre de 2012, esa cifra ha aumentado a 694.
Tampoco quiere decir eso que en los datos de 2012 vaya a recogerse una cantidad de trabajadores mayor: la tasa de empleos por empresa en el sector lleva cayendo en picado desde que empezó la crisis. Si en 2007 había más de 5,20 trabajadores por empresa, al cierre de 2008 eran 5,12; en 2009, 5,02; en 2010, 4,84, y en 2011, ya sólo 4,46. Parece el reflejo de la posible atomización de un negocio que ha visto cómo cerraban medianas empresas cuya cuota de mercado, quizá, hayan podido ocupar microempresas y trabajadores autónomos. Una tendencia inversa a la que apuntan, ya en 2012, los datos forales del IAE no para este sector concreto, sino para el conjunto del tejido empresarial de la ciudad.
