La Mesa de Movilidad, órgano en el que están representados todos los grupos políticos municipales, entidades ciudadanas y entidades relacionadas con la movilidad y el tráfico en la ciudad, se reunió esta semana. Aunque la principal novedad sobre la circulación en Irun será la puesta en marcha, este mismo verano, del límite de 30 kilómetros por hora para la práctica totalidad de las calles del municipio (el Gobierno ha decidido informar sobre este punto mañana), hubo varias propuestas que otros agentes pusieron sobre la mesa.
Una de ellas llegó desde las filas del Grupo Municipal Popular. Su portavoz en el Ayuntamiento, Juana de Bengoechea, explicó que se trata de «peatonalizar el tramo de la calle Bartolomé de Urdinso entre su encuentro con las calles Anaka y Pello Bishente». La edil explicó que «esta calle tiene para el tráfico la misma función que la siguiente, Blas de Lezo: las dos son de entrada al barrio. Se podría peatonalizar sin afectar a la circulación». Señaló además que en el tramo que se pretende, el que coincide con las fachadas laterales del edificio de Inmigración y de la Residencia Caser, «no hay portales, por lo que tampoco se perjudica a ningún vecino». La idea de peatonalizarlo persigue crear un espacio tranquilo de estancia, «pensando, sobre todo, en que los mayores residentes en Caser tengan un espacio en el que poder estar tranquilos y al aire libre».
Según Bengoechea, «esta idea la propusimos hace unos años y aunque reunió consenso, quedó supeditada a la reforma del Edificio de Inmigración». Si el PP irunés ha decidido recuperarla ahora ha sido porque «parece que esa reforma se puede retrasar y pensamos que es una obra que tiene muchos beneficios para los ciudadanos del entorno, ninguna pega y encaja en el perfil de actuaciones de bajo coste que se puede licitar por invitación, convocando al concurso a empresas de Irun».
Sí existe, como reconoció más tarde la concejal popular, un perjuicio, que es la desaparición de las plazas de aparcamiento existentes en ese tramos, en línea a un lado y en batería al otro. «Pero tiene una afección mínima en el conjunto del barrio. Además, según los datos que en la misma Mesa expuso el Gobierno municipal, San Miguel cuenta con algo así como 1,2 plazas de superficie por cada coche censado en el barrio y sólo entorno al 60% de ellos ha solicitado tarjeta de residente OTA, así que el resto tiene otros recursos, como garajes etcétera», por lo que entiende que eliminar esas plazas no sería grave.
