«La novela policiaca atrae porque es el género más parecido a la vida real»

Fernando García guardaba en un cajón varios relatos y una vieja novela. Estaba trabajando en otra. Sólo los íntimos habían leído sus historias. No pretendía ir más allá. Por pudor. Hasta que un día decidió acudir al Taller de escritores de la Biblioteca Ikust Alaia. Sus compañeros y sobre todo, el director del taller, Edward Rosset, le convencieron para que sacara su obra a la luz. Hace unos días, ha publicado su primer libro, una novela policiaca ambientada en la Euskadi actual, con un escenario destacado: el Puntal de Hondarribia, donde una fría mañana de octubre aparece varado en un banco de arena el cadáver de un ertzaina.

-Siempre he tenido afición y mucha imaginación. Había escrito varios relatos y una novela previa, un borrador, que están en un cajón y que seguramente no saldrán de ahí, o eso creo.

-Sí, me apunté al taller de Edward Rosset y ahí fue donde me animaron para poner a la vista del público lo que estaba escribiendo. El taller fue el punto de inflexión. Me dieron confianza. Hasta entonces, sólo gente muy allegada había leído lo que yo escribía. Publicar una novela me pareció un reto, una experiencia nueva. Me puse a ello y esto es lo que ha salido.

-Porque, aunque la realidad siempre supera la ficción, es el género que más se parece a la vida real. No está idealizado como en la novela romántica, no hay fantasía sobre cosas imposibles. Es un género muy apegado a la realidad. Los héroes son antihéroes. Son personas con sus circustancias, con un pasado. Los malos tienen sus atractivos y los buenos tienen sus limitaciones. De todas formas, para que la novela negra te atrape, tienes que sacar algo diferente, algo extraño.

-No lo sé, pero la gente que ha leído el libro dice que se lo ha acabado rápido. Yo lo he escrito con esa intención, para que sea un libro de fácil lectura.

-Aparece un cadáver en el Puntal, en Onyarbi y la novela trata la investigación de ese asesinato. En seguida se sabe que la víctima es un ertzaina que ha aparecido acuchillado, pero no hay ninguna evidencia, ninguna prueba a su alrededor. Entonces, la sección de Homicidios de la Ertzaintza tiene que empezar a investigar en su entorno: la familia, los amigos... De ahí va saliendo la historia de este hombre, sus problemas, sus relaciones... La investigación se mueve por varias ciudades de Euskadi: Hondaribia, Erandio, Bilbao, Arkaute, Eibar...

-La protagonista es una mujer, una inspectora, que tiene su forma de ver las cosas, que las encara de otra manera. Es una persona diferente. Para mí ha supuesto un reto que sea una mujer la que lleva el peso de la investigación.

-De momento me conformo con mucho menos. El que mi protagonista sea una inspectora ha sido casualidad. Empecé a escribir esta novela antes de que el libro de Dolores Redondo fuera un éxito. Probablemente, estuviera ya publicado, pero yo no lo había leído. La verdad es que son bastante diferentes. Sólo tienen en común que se desarrollan cerca y que son mujeres las que llevan el peso de la investigación.

-No, ya no. Llega un momento en el que no sigues porque tienes otras cosas que hacer, aunque me gustaría, porque todos los años se organizan nuevos talleres y están muy bien. Te dan una disciplina. Cada quince días teníamos que presentar un trabajo. Te ves un poco obligado a hacerlo y te ves también un poco fiscalizado por los demás. El nuestro era un grupo muy motivado. Nosotros mismos aumentamos la periodicidad de los talleres por nuestra cuenta y las semanas que no teníamos sesión, nos juntábamos en el Casino. Lo que te proporciona llevar tu obra a un grupo es contrastar lo que has escrito con gente que no es de tu familia, ni es tu amigo. A la hora de pedir una crítica, siempre hay gente que quiere ser agradable, pero también vas a encontar sinceridad y crudeza. Está bien tener a alguien que te señale los defectos. Cuando pides una crítica, tienes que estar abierto a que sea mala.

-De momento estoy escribiendo otra novela, con algunos de los protagonistas de la primera. 'Hiru Korapilo' es una historia que termina, pero hay cosas que se quedan en el aire, flecos sueltos. La segunda novela va a tener ciertas cosas que recordarán a la primera.

-La presentación se hará en la sala de conferencias del Amaia el sábado de la semana que viene, a las siete y media y sí, el libro está distribuido por Elkar y puede encontrarese ya en las librerías.