El día 26, cuando regresamos al trabajo con la resaca navideña a cuestas, siempre hay alguien que pregunta: «¿Qué tal has pasado la Navidad, bien o en familia?» Porque estas fiestas suelen ser, en muchos casos, las del empacho familiar. Pero el hartazgo de sobrinos, cuñados y suegras desaparece cuando pensamos en quienes, a pesar de estar deseándolo, no pueden reunirse con los suyos. Es el caso de la gran mayoría de los inmigrantes que viven en la ciudad. Por eso, las asociaciones y las parroquias refuerzan en estas fechas los encuentros de confraternización e integración.

La asociación Estrella Radiante se adelantó y celebró su Fiesta Multicultural de Navidad el pasado sábado, día 21, en el local de la Asociación de Vecinos Landetxa. «Hemos dedicado el evento especialmente a los niños y a las familias», señalaba su presidente, Mario Miranda. «Hemos tenido una degustación de platos típicos para que se conozca nuestra cultura gastronómica, que se está reflejando ya en el trabajo, porque ya hay tres miembros de nuestro colectivo que tienen negocios relacionados con gastronomía peruana en Irun. Es una buena noticia en tiempos de crisis».

El encuentro navideño tiene especial significado para Estrella Radiante «porque hay gente que tiene la familia lejos. Estamos felices por haberlo celebrado y agradecidos a la A VV Landetxa, que siempre nos ha abierto las puertas y nos ha hecho sentir a Ventas como nuestro segundo pueblo».

También la parroquia de la Sagrada Familia celebra un encuentro navideño anual: la habitual merienda, que se celebra en el local de Cáritas de la plaza de Pío XII y que este año tendrá lugar el próximo domingo, día 29. «La chocolatada es una excusa para celebrar un encuentro, más bien festivo en estos días de Navidad», explica el párroco, Jokin Mitxelena. «Lo celebramos todos los años y recordamos la experiencia navideña de los países de la gente que viene: Perú, Colombia, Nicaragua, Venezuela... Ponemos música de estos lugares y, ya que están tan lejos de sus países y de sus familias, de esta manera pueden reunirse y celebrar un festejo al estilo latino. Creo que la gente se va feliz y contenta».

Jokin Mitxelena recuerda que se aproxima otra fecha importante, «el tercer domingo de enero, cuando celebramos el Día del Refugiado y el Inmigrante, con una misa y una comida en la que representantes de cada país preparan platos típicos».

Rocío Calderón, presidenta de la asociación Adiskidetuak, destaca el apoyo imprescindible de los colectivos de inmigrantes y parroquias «para la gente que está sola. Hay muchos casos, especialmente de mujeres, casi todas empleadas en el servicio doméstico, que tienen a sus padres y a sus hijos en su país de origen y, para ellas, estos días son especialmente duros».