IRUN. Maritxu San Pedro es pura vitalidad y entusiasmo en su conversación, un entusiasmo y fuerza que también tiene la entidad que preside, que se ha hecho muy visible en Irun desde su nacimiento. Dice la presidenta de Gaurko Andreak, sin dar cifras, que "en cuanto a número de socias, somos las suficientes como para armar toda la bulla que armamos".

Somos una asociación que obtuvo su sello de registro el 18 de junio de 2008, y ese día, cada año, celebramos nuestro aniversario. Aunque evidentemente, Gaurko Andreak tuvo un proceso de gestación y maduración de una idea, que fructificó en ese momento. Somos un grupo de mujeres que se define como feminista y nacionalista, con el objetivo primordial que está en nuestra denominación: conseguir la igualdad de hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida.

La política no tiene nada que ver en Gaurko Andreak. Algunas de nosotras, como yo misma, somos alderdikides y nos enorgullecemos de eso, pero hay otras muchas que no lo son. Somos feministas y nacionalistas, las dos cosas, pero no todas militamos en partidos políticos. Estamos en esta sede porque sí es verdad que las primeras integrantes éramos del PNV, pero luego se ha sumado otra mucha gente que siendo feminista y abertzale, no milita en ningún partido. Casi todo el dinero que recibimos en subvenciones lo dedicamos a formarnos en materias de igualdad y a formar a la ciudadanía, con charlas y otros eventos. Si el Ayuntamiento, por ejemplo, nos cediera un local, allí estaríamos. Pero el PNV nos cede este espacio ahora, nada más.

Para nada. Tenemos una relación muy cordial y estrecha con todas y cada una de las asociaciones de mujeres, del tipo que sean, que hay en esta ciudad. Aquí y en toda Gipuzkoa, se trabaja mucho en red. Por supuesto, que cada una tiene sus características y valores propios, pero compartimos objetivos que están por encima de todo lo demás.

Hay asociaciones que ofrecen cursillos, clases de todo tipo, bailes, gimnasia y otras cosas, que son algo muy bueno para la socialización de la mujer. Es muy importante, para lograr la igualdad, que las mujeres participen de esta manera en la vida social y que se enriquezcan a sí mismas y con ello al conjunto de la sociedad. Animamos a todas las mujeres a que se unan y se asocien, sea en su barrio, en un club deportivo, en asociaciones culturales. Eso es muy importante. En nuestro caso, lo que queremos es aprender cómo trabajar la igualdad para atender a quien acude a nosotros, por ejemplo, cuando una mujer es víctima de malos tratos. Aprendemos en esas materias mediante cursillos internos y, luego, también desarrollamos charlas y conferencias dirigidas a toda la ciudad, con ciclos en torno a dos fechas. El Día contra la Violencia de Género (del 25 de noviembre) y el Día de la Mujer (el 8 de marzo).

No creo que Irun sea una ciudad en la que haya más agresiones a mujeres que en otras, o que sea especialmente insegura. El problema está en la sociedad actual y ocurre en todas partes, por desgracia. Lo que sí es verdad es que ha habido casos, como el de Nagore Laffage, que han tocado muy de cerca a mucha gente en esta ciudad, y la sensibilidad está calando. Lo estamos viendo en las concentraciones que hacemos cada vez que hay una agresión en Irun, como la del domingo pasado.

Juntar a más 20 entidades de mujeres, asociaciones de vecinos, grupos de jóvenes, sindicatos, los republicanos, el Foro Ciudadano Irunés... Es maravilloso que toda esa amalgama de asociaciones de Irun y Hondarribia se unan para rechazar las agresiones a mujeres, que es el único fin de TAS. La experiencia es buena y, sobre todo, estamos logrando que la gente se conciencie y participe