El aeropuerto de Hondarribia estuvo ayer de estreno. A las 7.35 horas despegó el primer vuelo desde una pista de dimensiones más reducidas, tras finalizar las obras de recorte exigidas por Europa. Los trabajos permitirán obtener a final de año el certificado que garantiza su adecuación a los parámetros de seguridad de la UE. «No nos ha supuesto demasiado cambio a la hora de despegar, porque el asfalto es el mismo. Ha sido tranquilo», asegura el piloto irundarra Iñaki Tolosa quien tuvo el 'honor' de inaugurar las nuevas medidas del aeródromo con el ATR-72 de Air Nostrum.

Los pilotos que operan en Hondarribia notarán más los metros recortados, mediante una nueva señalización, cuando aterricen en el aeropuerto. «Hemos despegado desde el límite, como antes», asegura Tolosa, pero por la normativa de seguridad que exige la European Aviation Safety Agency (EASA), cuando los aviones tomen tierra, deberán finalizar su maniobra antes de los nuevos umbrales, que se han recortado 150 metros en cada extremo. De esta manera, cada límite ha quedado dividido en dos parcelas. La primera, de 60 metros de longitud, está destinada a las franjas de seguridad, mientras que la segunda de 90x90 restantes se declara área de seguridad de extrema de la pista (Resa).

A pesar de que los metros de pista disponibles se han reducido, Tolosa tranquiliza a los usuarios y asegura que el cambio no afectará a la seguridad de los vuelos. «Estos aparatos están totalmente capacitados para maniobrar en un aeropuerto de estas dimensiones. Es más, este cambio se hace por seguridad», explica el piloto irundarra.

Hasta el miércoles, la pista del aeropuerto medía 1.754 metros de longitud. Ahora, una vez se han terminado los trabajos de recorte, la distancia disponible para el aterrizaje de las aeronaves quedará en 1.427 metros, mientras que los metros operativos para el despegue serán 1.690, han explicado en más de una ocasión desde Aena.

Una vez concluidos estos trabajos, en septiembre empezarán los del ranurado del pavimento. Una obra extra, confirmada hace unas semanas, que permitirá que Vueling siga operando su ruta diaria entre Gipuzkoa y Barcelona. La remodelación consistirá en estriar o acanalar la pista para incrementar el coeficiente de fricción cuando los aviones tomen tierra con la pista mojada. Un escenario que abre la puerta a nuevas actividades en el aeropuerto. Los esfuerzos estos últimos meses se han centrado en conseguir que Vueling siguiera operando su ruta. Una vez logrado el objetivo, desde Ortzibia trabajarán para que el aeródromo atraiga nuevas rutas ya sea con Air Nostrum y Vueling, los operadores actuales, o con otras compañías.

Durante los meses, hasta final de año, que duren los trabajos para ranurar el pavimento, la ruta San Sebastián-Barcelona, que Vueling lleva a cabo con el reactor Airbus A-319 con capacidad de 144 pasajeros, se realizará con una aeronave de Air Nostrum, de menos capacidad. El vuelo se cubrirá con aviones turbohélice ATR-72 y se comercializará mediante los canales de Vueling y de Iberia gracias a un código compartido. En diciembre, una vez concluidas las obras en el asfalto, volverán a aterrizar los reactores en la pista guipuzcoana. El presupuesto asciende a 800.000 euros. Además, los trabajos se ejecutarán por la noche para que no afecte a la operatividad del aeropuerto.

Sin este tipo de actuación, la capacidad del A-319 (144 pasajeros) quedaría reducida a 62 durante el aterrizaje con pista mojada en días de «meteorología favorable» para volar, lo que conlleva el 85 % del año en Hondarribia. Aún y todo, en el 15% de las operaciones, la carga de la aeronave se verá penalizada. En esos casos se podrían desviar vuelos a Loiu o buscar otras alternativas pero todos los clientes tendrán garantizada su llegada al destino previsto, señalan desde Vueling.

El aeropuerto de San Sebastián ha experimentado en julio un crecimiento del 10,1% en el tráfico de pasajeros. En total, 28.345 viajeros optaron por la infraestructura aeroportuaria guipuzcoana, según ha informado Aena en un comunicado.

El aeródromo ubicado en Hondarribia gestionó durante el mismo periodo 729 operaciones, lo que supone un aumento del 7% respecto al mismo periodo de 2016.

Respecto al acumulado del año, ha cerrado los primeros siete meses del 2017 con una subida del 6%, con un total de 167.360 pasajeros en la terminal de Hondarribia. De ellos, 164.864 corresponden a vuelos nacionales, con un aumento del 5,9% respecto al mismo periodo del año anterior.

Dos importantes obras han concluido en el barrio de Artia. Por un lado, ya está instalada la cubierta de las gradas del campo de fútbol. Por otro, y a falta de algunos detalles, están terminados los trabajos de reurbanización y mejora de la accesibilidad en la calle Pío Baroja y en la plaza Portu. El alcalde de Irun, José Antonio Santano, y la delegada de Obras, Cristina Laborda, visitaron la semana pasada Artia para comprobar sobre el terreno la finalización ambas actuaciones.

En el campo de fútbol se ha instalado una cubierta parcial de las gradas. Se trata de un voladizo con una longitud de 18 metros y un vuelo de 5 metros, para cubrir todo el ancho del graderío. La iniciativa fue planteada en el proceso de presupuestos participativos de 2016. «Este proyecto es un buen ejemplo de las mejoras que pueden surgir de la participación ciudadana, ya que fueron los usuarios del campo los que promovieron la cubierta para solucionar los problemas de los días de lluvia o de excesivo sol», recordaba el alcalde.

Para instalar la cubierta, ha sido necesario que los servicios municipales hicieran un estudio previo. Se debía comprobar la viabilidad del proyecto, teniendo en cuenta que las gradas están apoyadas sobre el trinquete y los vestuarios. Por otra parte, había que tener en cuenta las limitaciones de espacio por la cercanía de las viviendas. Finalmente, la cubierta construida ocupa la zona central, en la parte superior del graderío, de forma que no afecta al área inferior, que se apoya sobre el trinquete y tampoco interfiere en el edificio más cercano al campo.

Las obras de la cubierta se han aprovechado para construir, además, una nueva escalera de hormigón, que dota de un nuevo acceso peatonal a la pista polideportiva existente junto al campo de fútbol, desde la calle José María Iparraguirre. «Ésta era una petición de los vecinos que teníamos pendiente de resolver para permitir un acceso más seguro y más cómodo a la instalación deportiva anexa, cuando el campo está cerrado», explicaba Cristina Laborda. Hasta ahora, sólo se podía acceder a esta pista a través de una entrada interior a pie de césped. También se ha renovado el pavimento de la acera de la calle José María Iparragirre, en el tramo entre el acceso al campo de fútbol y la calle Bienabe Artia.

Las obras, que comenzaron el pasado mes de abril y acaban de concluir, han sido ejecutadas por la empresa Urbycolan, con un presupuesto cercano a los 300.000 euros.

Tras la visita al campo de fútbol, el alcalde y la delegada de Obras se acercaron a la calle Pío Baroja y a la plaza Portu, donde prácticamente han terminado las obras de reurbanización y mejora de accesibilidad.

Una vez realizados estos trabajos, la calle Pío Baroja ha quedado con un carril de circulación entre los números 10 y 18, donde un espacio, ya con pavimento peatonal, permite a los conductores hacer un cambio de sentido o parar a la espera del paso de otro vehículo en dirección contraria. A ambos lados del vial, se han habilitado sendas aceras de 2,5 y 2,1 metros y a partir del número 18, todo el espacio es completamente peatonal, aunque se ha dejado un paso para garajes en el final del número 20 y para facilitar las tareas de carga y descarga de los negocios de la zona.

El alcalde destacó la mejora en la accesibilidad peatonal entre Pío Baroja y César Figuerido. «Se ha resuelto el acceso universal con unas nuevas rampas y escaleras, cuyas pendientes y dimensiones están acordes a la vigente normativa de accesibilidad y se ha creado un espacio más ordenado y estético», señaló.

La plaza Portu también se ha reurbanizado, creando aceras más anchas que las existentes hasta ahora y manteniendo parte del aparcamiento en el espacio restante.

Además de lo que salta a la vista, se han mejorado infraestructuras tales como las redes de saneamiento de aguas fecales y pluviales y parte de la red de abastecimiento. En cuanto al alumbrado, también se ha renovado en su totalidad.

Cristina Laborda recordaba que «este proyecto recoge aportaciones de los vecinos, desde su inicio. Hicimos varias reuniones públicas y, durante aproximadamente dos semanas, se mantuvo abierto un proceso de participación a través de la web municipal, buscando recoger más impresiones de los vecinos. Tras analizar todas opiniones recibidas, el proyecto se modificó, recogiendo la opinión mayoritaria de las personas que participaron sobre diversos aspectos».

A falta de algunos detalles, el proyecto está ya terminado después de diez meses de obra. Los trabajos han sido ejecutados por la empresa Urbycolan, con un presupuesto de 807.720,63 euros.