12 febrero 201710:02
El área de Vía Pública abordará el mantenimiento del arbolado del entorno urbano de manera específica a partir de la primavera. Hasta ahora, las actuaciones vinculadas a los árboles de Irun se realizaban dentro de un mismo contrato que incluía también el cuidado de parques y jardines.
LAS CIFRAS
15.000
es el número aproximado de árboles que existen en el área urbana de Irun, sin contar con los ejemplares del entorno natural.
400
notificaciones, quejas y sugerencias realizadas por ciudadanos y relacionadas con el arbolado de Irun se reciben cada año.
«Hasta este año existía un único contrato para parques, jardines y arbolado, que seguirá vigente hasta el día 28 de este mes», explica la delegada de Vía Pública, Cristina Laborda. Pero «en los últimos años habíamos detectado que el tratamiento que se debe dar a los jardines y al arbolado es muy diferente. En su momento hubo un plan de arbolado, y en los últimos años se ha trabajado en un inventario», lo que sumado a aportaciones vecinales ha permitido constatar que «hay árboles en algunas zonas de la ciudad que se plantaron con muy buena intención hace años, pero que no son adecuados para el entorno en el que se encuentran». Es necesario «articular todo un plan de actuación específicamente en torno al arbolado», explica Cristina Laborda.
La decisión de realizar un contrato concreto para el mantenimiento y cuidado de los árboles del entorno urbano de Irun conlleva «un pliego mucho más específico» y la realización de «un plan a medio-largo plazo», que permitirá «un tratamiento más correcto del arbolado, de tal manera que no dé problemas en el futuro».
Un sólo ejemplar puede reducir, cada día la contaminación que producen diez coches
Esteban Jara, responsable técnico del Servicio municipal de Jardinería, concreta que «el procedimiento que hemos seguido ha sido el siguiente: en 2006, y conjuntamente con el área de Urbanismo, hicimos un Plan Director de Jardinería Urbana y Arbolado». En dicho documento «se determinaban las líneas maestras de gestión de los espacios verdes públicos de la ciudad y se tuvo en cuenta en el Plan General de Ordenación Urbana». Fue un primer paso en el que se marcaban «una serie de pautas tanto para el diseño de las zonas verdes como para su mantenimiento».
Estudio pormenorizado
Ese Plan Director «ya indicaba que había que hacer un plan de gestión integrada para el arbolado. Lo que hicimos posteriormente», en 2015, «fue un estudio pormenorizado de todos los árboles de la zona urbana de Irun, para determinar qué teníamos, cómo lo teníamos y cómo gestionarlo y mantenerlo». El documento constaba de diferentes fases, una de ellas de diagnóstico en la que se recomendaban los pasos que se debían seguir para lograr una correcta gestión del arbolado. Es entonces cuando se toma la decisión «de separar el mantenimiento de la jardinería con respecto del de los árboles. Los jardines, al tener unos requerimientos más inmediatos, hacían que se tendiera a que el arbolado tuviera menos atención», señala Esteban Jara.
Una de las conclusiones que se desprendieron del estudio fue que «el arbolado de Irun es muy joven», debido a los incendios y otras calamidades que ha sufrido por su condición fronteriza. Algunos de los ejemplares más destacados de la ciudad provienen de «fincas que han sido cedidas por particulares: el parque Mendibil, Sargía... El resto es arbolado que se ha ido poniendo desde hace unos 30 años, y que hasta ahora no había tenido unos requerimientos muy grandes porque era pequeño». Por ejemplo, los ejemplares de Puiana, «que han ido creciendo» y presentan nuevas necesidades.
La puesta en marcha de este nuevo programa específico para el arbolado ha seguido varios pasos: una vez calculados los medios que iban a ser necesarios para ello, «se reflejó en los presupuestos. Luego hay que sacar los pliegos, aprobarlos y abrir el plazo para que las empresas se presenten. Ahora estamos prácticamente en el momento de empezar con esta nueva aventura». El 1 de marzo comenzará a funcionar el programa que atenderá sólo la jardinería y los parques, que seguirá corriendo a cargo de Gureak. En cuanto al dirigido al arbolado, se prevé su puesta en marcha «para mayo o junio», una vez se determine cuál será la empresa que llevará a cabo las tareas. «Queremos que esté especializada en estos temas, que son bastante complejos».
Aliados contra la contaminación
El responsable técnico de Jardinería explica las prioridades del servicio a la hora de tratar el arbolado de la ciudad: «es, por decirlo de alguna manera, como otro mobiliario urbano pero con la diferencia de que es un ser vivo. Esto conlleva ventajas pero también complicaciones». El mayor valor del arbolado reside en todo lo que aporta a la ciudad y sus habitantes: «un árbol de tamaño normal puede estar reduciendo, al día, la contaminación de diez coches. Y lo del oxígeno ya lo sabemos todos: si no hubiera árboles, no viviríamos».
Pero, «los pobres tienen que sufrir el vivir en un ambiente que no es el mejor para ellos. Lo que nosotros tendemos a ver de los árboles es la parte de arriba, pero lo que no se ve, las raíces, son mucho más importantes para su supervivencia». Las raíces son capaces de detectar «más de 120.000 productos químicos y de 'avisar' a otros árboles». Son mucho más que elementos ornamentales.
Los numerosos beneficios que aportan conllevan también algunas dificultades, «y ahí es donde está nuestro papel: en intentar conjugar lo que nos aportan disminuyendo los problemas que también puedan crear a la gente», explica Esteban Jara. Hay que tener en cuenta que las diferentes especies de árboles que existen requieren, igualmente, de distintas maneras de gestionarlos. Pero la línea roja la marca la seguridad de las personas: «lo que no puede ser es que un árbol conlleve peligrosidad. Toda la gestión se basa en eso».
El servicio de Jardinería recibe aproximadamente 400 avisos ciudadanos relacionados con el arbolado anualmente: la casuística de las notificaciones es amplia, pero muchas se refieren a ejemplares que han crecido y están cerca de ventanas o fachadas. «Tenemos unos criterios para atender los avisos. Si nosotros intuímos que puede haber cualquier riesgo para las personas, actuamos. Pero hay que conjugar el bien común con el individual», señala Esteban Jara. «La gente tiene que asumir que los beneficios que nos aportan los árboles conllevan también algunos problemas». Aunque, por supuesto, «si se está causando un perjuicio grande se interviene».
Entre los trabajos que requiere el correcto mantenimiento están las tareas de poda que se están llevando a cabo en las últimas semanas en varios puntos de la ciudad. «La gestión de un árbol no acaba nunca. Cuando la masa folial del árbol es muy grande» y hay que podar, se aprovecha esta época «en la que están parados, en invierno». Pero hay también «otro tipo de podas que son aún más importantes, que pretendemos hacer a partir de ahora con más hincapié, y que son las podas de formación»: se realizan cuando el ejemplar aún es pequeño para que en un futuro este no invada fachadas de edificios u otras áreas. Esta es una de las tareas que se pretende realizar de manera más eficaz con el nuevo planteamiento del área de Vía Pública.