Es un concepto nuevo en la ciudad, aunque como admitía el concejal de Medioambiente del ayuntamiento, Miguel Ángel Páez, «está muy extendido en países al norte de nosotros y también existe ya en Euskadi». Son las huertas urbanas ecológicas, que aunque de primeras puedan evocar a los huertos que, más o menos regulados y controlados, han proliferado en la ciudad, poco tienen que ver con ellos.

Este primer parque de ecohuertas ocupa una parte de una parcela municipal entre Puiana y el Poblado de Urdanibia. Una importante obra ha servido para regenerar el ámbito, lleno hasta ahora de maleza y de esos otros huertos. «Eso ha sido lo más caro, confirmaba la delegada de Obras», Cristina Laborda. «Había materiales de todo tipo que había que gestionar, incluso amianto», cuya gestión es complicada y, sobre todo, cara. La inversión total ha sido de 346.000 euros para acondicionar 4.500 metros cuadrados de ecohuertas y preparar el resto de la parcela (de casi dos hectáreas) para que en el futuro, «si vemos que existe demanda», advertía Páez, «podamos ampliar las ecohuertas con una inversión mínima». En la primera fase, ya finalizada, se han dispuesto varias zonas de cultivo con parcelas de 30 m2 marcadas con postes de madera. En total 74, incluidas dos a media altura para usuarios en sillas de ruedas. Además, con la actuación realizada se han creado varias albercas para facilitar el acceso al agua, así como chabolas con taquillas para los usuarios y espacio para guardar los aperos.

La apuesta del Consistorio con este nuevo equipamiento es «por la ecología y las buenas prácticas en la plantación de verduras y hortalizas para consumo propio. Tiene mucha importancia que se apliquen criterios de sostenibilidad». Para ello, no sólo era clave la forma en la que se hacía la obra, sino cómo se gestionarán después las huertas. Por eso, desde la entidad que asumirá la coordinación del nuevo espacio, Kutxa Ekogunea, se ofrecerá formación, asesoramiento... «Los adjudicatarios de las parcelas, aunque cada uno tenga la suya, tendrán que convivir, compartir, tomar decisiones juntos», anunciaba Páez.

Existe una ordenanza general aprobada por el Pleno y también «un reglamento específico para esta ecohuerta que se dará a conocer próximamente», adelantó el delegado, pero los detalles «llegarán en septiembre». Será entonces cuando se abra la inscripción para el sorteo que estará dirigido para repartir las parcelas entre mayores de 65, vecinos entre los 30 y los 65 y jóvenes. «También reservaremos algunas para formación orientadas a centros. Creemos que pueden generarse dinámicas de colaboración intergeneracional muy bonitas», comentó Páez.