Iberdrola y el Ayuntamiento de Irun firmaron un convenio hace ya cuatro años para habilitar el traslado de los servicios eléctricos que acoge la subestación de la Larreaundi a una nueva instalación que se ubicaría en el ámbito de Txenperenea. Se trata de la zona no urbanizada entre este barrio y la autopista A-8, dibujada en los planos como un futuro desarrollo residencial. Aquel acuerdo sirvió para que la parcela que ocupará el equipamiento eléctrico se pudiera desgajar del conjunto de la operación en Txenperenea, lo que llevó al consistorio a completar un primer vial de acceso a la parcela en la que se construiría la estación.

La obra para crear esta nueva carretera terminó a finales del pasado año y la empresa eléctrica inició el proceso que le ha llevado a poder comenzar ayer con los trabajos para la construcción de la nueva subestación. Lo hizo de manera simbólica, con la llamada 'tirada de cuerdas' mediante la cual se representa sobre el terreno la planta de lo que será el futuro inmueble. Porque esta subestación, a diferencia de la actual de Larreaundi que vendrá a sustituir, estará encerrada en un edificio en la línea de lo que Iberdrola ya realizó en Anaka, la otra subestación existente en la ciudad. No será la única diferencia entre la futura planta de Txenperenea y la actual de Larreaundi. Otra, muy ligada a lo mismo, supondrá el soterramiento de los tendidos que surcan el aire en toda esta zona de ciudad, lo que supondrá un importante cambio en el paisaje urbano.

La nueva contará con una capacidad mucho mayor para poder satisfacer la demanda que se generará por nuevos servicios y promociones residenciales que se han incorporado a la ciudad (el parking de San Juan y la nueva biblioteca, las viviendas de Oinaurre...) y otros que se esperan que vayan a llegar (el propio desarrollo de Txenperenea, el hotel y la ampliación del ayuntamiento en la plaza de San Juan...).

Precisamente porque han sido estos tres desarrollos, San Juan, Txenperenea y el previsto en Oinaurre, los que han aumentado en mayor medida las necesidades eléctricas que se cubren desde la actual subestación, las tres actuaciones tienen presencia en aquel convenio que se firmó en 2011. Se reparten entre ellas un 25% del monto total de la operación del traslado del servicio a Txenperenea, estimado en 3,5 millones de euros. Otro 25% corresponde al ayuntamiento y el 50% restante a la propia Iberdrola, que asume, igualmente, el desmantelamiento de la estación de Larreaundi y la descontaminación de suelos correspondientes en la parcela, todo ello, claro, una vez que la nueva planta esté ya en funcionamiento, dentro de un año y medio o dos, aproximadamente.

Cuando la parcela se encuentre en condiciones óptimas, el ayuntamiento se hará con ella. La definición concreta de sus usos futuros no se ha anunciado aún, aunque sí el compromiso de tener en cuenta la opinión de los vecinos del entorno para decidirlos.