IRUN - Santiago Reyes estudia la carrera de Derecho y se confiesa una persona de convicciones católicas, por lo que suele vivir estos días de la Semana Santa "de forma especial". Tanto que hace dos años y medio empezó a pergeñar la idea de escribir un libro sobre la Semana Santa en Irun, ya que es un aspecto "desconocido por muchos". El fruto de ese trabajo es La Cofradía de la Vera Cruz y las procesiones de Semana Santa en Irun, que está a la venta en el kiosko de la plaza San Juan y en la sacristía de la parroquía del Juncal. "El precio son 20 euros y todos los beneficios van destinados a financiar la conservación del patrimonio de la propia parroquia", explica el joven autor.

-Soy muy joven y puedo decir que hasta hace dos años y medio no sabía que en Irun hubo, hasta el año 1980, una larga tradición de procesiones en Semana Santa. La verdad es que me parecía curioso y extraño que no hubiera nada aquí, viendo cómo son estas fechas tan cerca de nosotros, en Hondarribia. Quise indagar un poco sobre por qué habían desaparecido las procesiones y conocer su historia en Irun.

-Al principio, centré mi trabajo en consultar las crónicas de prensa y documentos de entre los años 50 y 70, para conocer cómo eran esas procesiones y saber algo de por qué desaparecieron. Pero en ese momento encontramos en el Archivo Municipal el documento de creación de la Cofradía de la Vera Cruz, que era la que organizaba estos actos. Esas Constituciones Fundacionales, que es como se llama el documento, datan nada menos que de 1579, por lo que estamos hablando de que hubo cuatro siglos de tradición de Semana Santa en Irun, algo que muchos ni se imaginarán hoy en día. Ese documento es coetáneo de algunos documentos fundacionales de cofradías de otros lugares con mucha tradición en estas fechas, como Sevilla por ejemplo.

-Las procesiones, en Irun como en otros muchos lugares, surgen como reacción de la Iglesia católica a raíz de la reforma protestante y son, básicamente, procesiones de disciplinantes; es decir, personas que hacen penitencia flagelando su propio cuerpo, al estilo de lo que aún perdura en lugares como San Vicente de la Sonsierra, por ejemplo. Esos disciplinantes hacían un recorrido hasta una cruz que había en el alto de Artaleku. Ya en el siglo XVII, empiezan a tener más solemnidad, y se hacen escenificaciones con personajes como los apóstoles, los soldados romanos y demás. Y también se representó en Irun, a partir del siglo XVIII, la escena del desprendimiento, con niños vestidos de ángeles que portaban los clavos de la cruz y la corona de espinas. A principios del siglo XIX, con la Ilustración, se elimina la parte de disciplina, que se había convertido en un espectáculo desagradable. A finales del XIX, la de Irun era una procesión a la que venía mucha gente de fuera a verla. Ya en el XX, incluso en la II República, se sigue haciendo la procesión, aunque las autoridades civiles no participan en ella. Sí hubo problemas en la Guerra Civil. En el incendio de la ciudad de septiembre de 1936, se quemaron algunos pasos. Meses después, en 1937, hubo procesión. Las fotos de ese año, con la ciudad devastada por la guerra de fondo, son realmente impactantes. Y ya en los años 50, hay un resurgir de la Semana Santa, con la contribución de artistas como Gaspar Montes o Dolores Salís, y suscripciones y donaciones a la Cofradía de la Vera Cruz. La Semana Santa volvió a tener su esplendor en Irun.

-Fue una decisión pastoral del párroco de la época y también fruto del contexto histórico del momento, con una sociedad que iniciaba la andadura de la democracia tras el franquismo; un momento de cambios muy profundos en muchísimos aspectos. Aún se guardan las esculturas de algunos pasos de las procesiones. Este libro quiere rescatar su memoria y proteger ese patrimonio cultural.