La ciudad reconoció ayer a Javier Agirre su reciente Goya a la Mejor Fotografía por la película Handia. Lo hizo con un Aurresku, una reproducción de la columna del San Juan Harri, un discurso sentido del alcalde y muchos aplausos de familiares y amigos, todo en un breve acto en el ayuntamiento. Agirre correspondió con otro bonito discurso y un regalo «más liviano» que el recibido: «un póster de la película firmado por el equipo», un precioso detalle con su ciudad.

Santano señaló que lo de ayer no pretendía reconocer sólo su destacado mérito profesional. Una vez en el escenario de la gala de los Goya y con el premio en la mano, «aprovechando que mencionabas a tu ama, afloró la palabra Irun. Supongo que todos los premiados de aquella noche nacieron en algún sitio, pero sólo tú y otra excepción mencionasteis vuestra ciudad natal», le recordó el alcalde. También admitió que ahora Agirre vive en Zarautz, «pero es circunstancial», dijo despertando las risas en los presentes.

Destacó que Handia ha logrado «un hat-trick que no es sencillo: el reconocimiento del mundo del cine, del público y de la crítica. Tu éxito, Javier, ha sido el éxito de la película y viceversa». No olvidó que «otros iruneses han estado implicados» en la premiada producción. Agirre los mencionó después a todos por el nombre y añadió hondarribitarras y hendaiarras al grupo.

Aunque empezó casi disculpándose por no ser «un profesional en esto de los discursos», lo cierto es que la intervención de Agirre fue muy divertida y entrañable. Dio las gracias por el acto y, como si la mención a Zarautz lo hubiera puesto en duda, reivindicó irundarrismo: «nací en el hospital de Ama Shantalen y soy hijo de cantinera de Uranzu». Después, con guiños y anécdotas, interrumpido por risas y aplausos, repasó sus años de formación en una narración marcada por continuas referencias personales y nombres propios: sus familia; don Manolo, en Dunboa; su cuadrilla; sus compañeros en Handia; sus profesores en la Escuela de Cine y Vídeo de Andoain, Yolanda y Menó; Luis Toribio... Citó a Fernando Larruquert porque «ver el escaparate de Lamia era la mejor parte de ir al cine Avenida» y, sólo por el cargo, al entonces director de Personal de Ikusi. «Fui a una entrevista de trabajo allí y me vio tan emocionado por lo que hacía en Andoain que me dijo que era mejor que me dedicara a eso. Si me llegan coger...» Seguramente se habría perdido tantos cortos y largometrajes, tanta ilusón y trabajo. Y ese Goya, que provocó «más de 700 Whatsapps que tardé días en responder. Profesionalmente te da visibilidad, no más trabajo ni sueldo. Lo que sí ha tenido es gran repercusión social, sobre todo en Irun. Me han llamado del periódico, de la radio... ¡Que me ha llamado hasta el alcalde!».