Bidasoa ya es ASOBAL. El equipo bidasotarra logró su ansiado regreso sobre la cancha tras ganar la fase de ascenso celebrada este fin de semana en el Polideportivo Artaleku, y después de imponerse en la gran final al Zamora por 25-21. Antes, se había desecho del Alarcos Ciudad Real en la semifinal, 19-15.

Todo eso lleva como consecuencia lógica que el Bidasoa-Irun, el primer club vasco en ganar una Copa de Europa, vuelva por todo lo alto, como los grandes toreros, por la puerta grande, a lo grande, a la élite del balonmano a nivel nacional. Y hace así bueno el hastag que ha puesto de moda este fin de semana: #Bidasobal, que junta las palabras Bidasoa y ASOBAL (estaban condenados a encontrarse, más pronto que tarde), ya es toda una realidad, y la próxima temporada podrá lucir con orgullo por las canchas más importantes del país.

El equipo bidasotarra tuvo siempre controlado el partido, fue siempre por delante en el marcador, salvo un momento de zozobra al comienzo. Llegó a tener una renta que invitó a todos a pensar que el partido sería casi un paseo militar, pero un 0-4 en los últimos cinco minutos de la primera parte llevó a Bidasoa a llegar con un sólo gol de ventaja al descanso. Momentos de dudas que fueron solventados por Fernando Bolea en el descanso. Tiempo para meditar que fue aprovechado para salir con brío del vestuario y, con una defensa espectacular y con la aportación de Dejanovic (que estuvo increible emulando al gran Svensson y cerrando la puerta a cal y canto), lograr una ventaja de dos goles que a la postres terminó siendo decisiva, a pesar del empate a 13 que logró el Zamora.

A partir de ahí, el Bidasoa fue abriendo hueco poco a poco en el marcador, hasta llegar con una ventaja clara al último minuto de partido, donde se desató la locura en el Polideportivo Artaleku (como queda reflejado en el video que acompaña a esta noticia). Los jugadores explotaron de júblico, y la grada celebró con alegría desborada el ascenso. Artaleku recordó a la época grande de Bidasoa, al de los años 90, cuando Bidasoa ganaba competiciones europeas. Se llenó hasta la bandera, tño la grada de amarillo y azul, y no paró de animar en ningún momento. Tuvo que pasar una hora para que los seguidores abandonaran su localidad. Irun entero se unió a la fiesta del ascenso de Bidosoa. Hubo tiempo, incluso, para recordar a Jon Vazquez, lesionado de gravedad en la semifinal. Recibió el cariño de sus compañeros con una pancarta emotiva antes de arrancar el partido y dejándole el capitán, Asier Zubiria, que levantara el trofeo de campeón de la fase de ascenso en plena celebración. Dejanovic, quien sino, recibió el premio al mejor jugador del playoff. El meta bosnio ha estado soberbio los dos días. Ha sido el mejor con mucha diferencia.

Y después la fiesta se trasladó a las calles de Irún. Los jugadores bajaron andando la calle mayor que lleva de Artaleku hasta la plaza San Juan, para subir al Ayuntamiento de Irún y salir al balcón para celebrar con todos los irundarras el ascenso a la liga ASOBAL. La plaza San Juan estaba abarrotada, como en los viejos tiempos cuando se celebraban títulos de liga y copa. El Bidasoa vivió una fiesta de las grandes, de las que se recordarán durante mucho tiempo. Porque había ganas de celebrar un ascenso en las canchas, y no en los despachos, de vivir imágenes como las que acompañan a esta noticia. Desde el descenso amarga y triste del 2007 en Pamplona se esperaba con ansia un momento así. Y es que Bidasoa no celebraba un ascenso sobre las canchas, y no fuera de ellas como el último de hace dos años, desde la década de los años 70. Muchas emociones juntas. Mucha alegría, Muchas lágrimas derramadas. Un histórico ha vuelto. Con la fuerza de los grandes. Para quedarse mucho tiempo. Y seguir tiñiendo de amarillo las páginas del balonmano naicional. Irun es ASOBAL. Bidasoa es ASOBAL.#Bidasobal es una realidad.