El Taller municipal de Cerámica reabre sus puertas tras ser renovado |
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Martes, 10 de Enero de 2017 10:42 |
Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa,el martes día 10 de Enero de 2017.
El Taller municipal de Cerámica reabre sus puertas tras ser renovado
La profesora y los alumnos del taller están listos para retomar las clases. / F. DE LA HERA
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AÚN QUEDAN PLAZAS LIBRES PARA PARTICIPAR EN LAS CLASES, QUE SE OFRECEN EN DISTINTOS HORARIOS Y SE ADAPTAN A LOS ALUMNOS
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EL ESPACIO, EN LA CALLE PIKOKETA, INICIÓ AYER EL NUEVO CURSO
10 enero 201700:18
«Hoy es un día de reencuentros», comentaba Geneviève Fernández Cartujo, profesora del Taller de Cerámica. De reencuentros, y también de presentaciones. «Hoy han venido tres alumnos nuevos y esperamos que en los próximos días lleguen más». El centro municipal, situado en la calle Pikoketa, inauguró ayer el nuevo curso tras la renovación llevada a cabo en las instalaciones.
Las obras han retrasado el inicio de las clases, que habitualmente se producía en octubre, y los alumnos estaban impacientes por regresar. La delegada de Cultura, Juncal Eizaguirre, aseguró que «este año empiezan con mayor ilusión, porque aunque sea el mismo espacio, parece nuevo». Geneviève Fernández confirmaba que «estamos encantados. El cambio ha sido enorme».
«El área de Cultura ha creado en los últimos años nuevos espacios, como el CBA, pero creemos que es importante también mantener e invertir en los que ya tenemos», subrayó Juncal Eizaguirre. «La escuela de Cerámica es algo especial, con una oferta cultural diferente y era necesario hacer una reforma para ponerla en valor y siga creciendo con nuevos alumnos».
«Hacemos cerámica de todos los estilos. Hay distintas sensibilidades y formas de trabajar»
Juncal Eizaguirre explicó que la llevada a cabo en el taller «era una reforma que hacía falta». La renovación se ha centrado «en la planta baja, donde se dan las clases», pero también en la superior, donde «se ha reformado el cuarto de baño que había y las escaleras que dan acceso al mismo». Además, se han construido unos nuevos aseos en la planta baja, pensando en «las personas con movilidad reducida», señaló la delegada. Si bien la creación de estos servicios ha reducido ligeramente el espacio del taller, «vamos a optimizarlo. Estamos estudiando cómo configurar las mesas y poniendo todo a punto», explicaba ayer la profesora.
Flexibilidad
Quienes quieran apuntarse a la Escuela de Cerámica todavía pueden hacerlo: las inscripciones están abiertas a todas las personas nacidas antes del año 2005. El precio de las clases es, por cada trimestre, de 163,93 euros para los adultos y 139,34 euros para los menores de 18 años. Para apuntarse, los interesados deben llamar al SAC (010) o al área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento (943 50 54 07 ó 943 50 54 08).
Los alumnos podrán asistir al taller dos veces por semana, en sesiones de dos horas cada día. El centro ofrece horarios amplios y flexibles para adaptarse a las necesidades de los usuarios: la escuela abre de lunes a jueves, por la mañana, de 10.30 a 12.30. Por las tardes, se puede acudir los lunes y miércoles entre las 16.00 y las 20.00 y los martes y jueves de 15.00 a 19.00. «El alumno puede elegir los horarios que mejor le convengan, sabiendo que puede venir cuatro horas a la semana», explicaba Geneviève Fernández. Por ejemplo, «si un día has faltado, puedes recuperar esas dos horas quedándote una tarde entera. Somos muy flexibles con los horarios», afirmó la profesora.
Geneviève Fernández animó a todos los interesados a probar esta afición: «aquí venimos a hacer cerámica de todos los estilos: depurados, más espontáneos... Todo es bonito, porque hay distintas sensibilidades y formas de trabajar. Pero aparte de cerámica», subrayó la profesora, «aquí hacemos amigos. Hay muy buen ambiente». Además, esta afición «es algo muy terapéutico. Dentro de una bola de barro puede haber todo lo que tu imaginación te permita: un joyero, un plato, un mural... A parte de que es muy relajante trabajar este material. La gente que conoce esto normalmente repite», asegura.
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Una veintena de autores crea Oskarbi Elkartea para romper «la soledad del escritor» |
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Domingo, 08 de Enero de 2017 17:53 |
Noticia publicada en Diario Vasco sección Cultura, el domingo día 8 de Enero de 2017.
Una veintena de autores crea Oskarbi Elkartea para romper «la soledad del escritor»
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NACIDA EN LA COMARCA DE BIDASOA, LA ENTIDAD ESTÁ ABIERTA A LOS ESCRITORES QUE QUIERAN SUMARSE PARA COMPARTIR EXPERIENCIAS Y TERTULIAS
8 enero 201715:24
Para compartir experiencias creativas, encontrar soluciones a problemas comunes, buscar editorial o, simplemente, romper con la soledad que implica una actividad tan ensimismada como escribir nace la Asociación Cultural Oskabi. Se trata de una iniciativa impulsada por un grupo de escritores de la comarca del Bidasoa, pero abierta a cuantos autores de Donostialdea, Navarra y otras zonas quieran sumarse. Por el momento, ya son cerca de una veintena los socios de Oskarbi Kultur Elkartea, que ya ha publicado un libro recopilatorio de relatos y ha celebrado dos tertulias, a la espera de convocar pronto algunas más.
LOS DATOS
Contacto:
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, en la cuenta de Twitter @oskarbielkarte y en Facebook, en la página oskarbielkartea.
Miembros: Edward Rossett, Román Huarte, Eneko Arcas, Luis Sagüés, Izaskun Zubialde, Sonia Hernández, Itziar Sistiaga, Reyes Ramírez, Laura Balagué y Ana Rodríguez de Almedi.
Directiva: Bakarne Atxukarro (presidenta), Fernando García (vicepresidente), Virginia Gasull (secretaria) y Virginia Gil (tesorera).
«Habíamos detectado que había un número significativo de escritores en la zona, no sólo en Irun y Hondarribia, sino también en Donostialdea e incluso en zonas próximas de Navarra. Nos pareció una buena idea agruparnos y darnos a conocer como asociación», comenta Fernando García, que se encargó el pasado mes de octubre de romper el hielo de las tertulias mediante un encuentro con lectores para charlar sobre su novela 'Hiru korapilo/Tres nudos', una obra de corte policíaco.
A juicio de García, no hay una explicación concreta a esta eclosión de escritores en la comarca del Bidasoa, más bien, obedece a una tradición cultural bien sedimentada. «Es curioso, ¿verdad? Irun siempre ha sido un foco cultural: ha habido músicos, pintores -de hecho, en el libro de relatos se incluye un cuento del pintor Mensu-, escritores...» Y todo esto en medio de un panorama desolador en lo que a las librerías independientes respecta. «Han desaparecido prácticamente todas las que había en la zona -explica Fernando García-, a excepción precisamente de la irundarra Oskarbi, a cuya propietaria Ana Azurmendi, hemos querido homenajear con el nombre de la asociación».
«Actividad y pasión»
Entre los miembros de Oskarbi Kultur Elkartea hay todo tipo de escritores, «desde autores de novela policíaca hasta otros centrados en el género histórico o el fantástico, pasando por el infantil y juvenil». En cuanto a la franja de edad,en rigor, no la hay: «Va desde el veterano Edward Rosset hasta escritores en torno a la treintena», explica García. A la hora de incoporar a nuevos miembros, «lo único que estamos pidiendo es mantener cierta actividad, que hayan publicado algún libro o estén en el intento de hacerlo. Aparte de eso, sólo pedimos pasión y ganas de trabajar porque la asociación es para darnos apoyo los unos a los otros». En este punto, García reconoce que ese intercambio «nos viene muy bien porque al final escribir es una actividad bastante solitaria. Juntarte con otra gente que se dedica a lo mismo que tú para hablar de los problemas comunes a la hora de corregir, publicar o llegar al lector y ver que el de al lado se enfrenta a las mismas dificultades es muy útil».
Aunque el colectivo se presenta en sociedad con 'Oskarbi 21', el libro que recopila veintidós relatos, en principio no tiene intención de continuar esa línea de trabajo. «No hemos nacido con intención de ser una editorial. Éste lo editamos nosotros porque lo queríamos sacar para Navidad y fue la única opción. Nos ha venido bien para aprender cómo funciona esto». En cuanto a las tertulias, aún pendientes de fecha y lugar, la próxima prevista correrá a cargo de Bakarne Atxukarro, presidenta de la asociación, e Izaskun Zubialde ('Cuentos de mitología vasca para niños'). Algunos de los miembros de Oskarbi Kultur Elkartea en la cafetería Belgrado de Gros. / ARIZMENDI
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Jokin Ormazabal (Extécnico de cultura de Irun): «Cuando llegué, las exposiciones se hacían en la Sala Capitular» |
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Domingo, 08 de Enero de 2017 17:24 |
Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa,el domingo día 8 de Enero de 2017.
Jokin Ormazabal (Extécnico de cultura de Irun): «Cuando llegué, las exposiciones se hacían en la Sala Capitular»
Jokin Ormazabal frente a la Sala Menchu Gal, uno de los equipamientos culturales por los que ha trabajado. / FOTOS: F. DE LA HERA
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DURANTE 34 AÑOS ESTE LAZKAOTARRA DE NACIMIENTO E IRUNDARRA DE ADOPCIÓN HA TRABAJADO POR Y PARA LA CULTURA
8 enero 201700:52
¿Se imaginan París sin su Museo del Louvre? ¿A Londres sin la National Gallery? Más cerca, ¿Bilbao sin el Guggenheim? y ¿Donostia sin su Sala Kubo o su recién estrenada Tabakalera? Algunos de estos lugares son tan antiguos que parece que siempre han estado ahí, otros se acaban de incorporar a nuestra memoria. Como lo han hecho en Irun el CBA, la Sala Menchu Gal o el Centro Cultural Amaia. ¿Se imaginan la ciudad sin estas instalaciones? Jokin Ormazabal no necesita hacerlo, ha conocido Irun sin ninguna de ellas. Es más, ha trabajado para que no tengamos que imaginarlo.
-¿Cómo era Irun sin apenas instalaciones culturales, Jokin?
-Pues muy diferente, sí. ¿Sabes dónde se hacían las exposiciones?
-¿Dónde?
-En la Sala Capitular del ayuntamiento. Entonces no existía la Sala Menchu Gal y el Amaia era un cine, no un centro cultural.
-Hasta que llegaste tú...
-Bueno, ha sido un trabajo de muchos años y de mucha gente. Hace un par de meses que me he jubilado y aún sigo ordenando los recuerdos y vivencias, ¡han sido tantas!
-¡Te ayudamos! Empecemos por el principio, ¿cómo y por qué aterrizas en Irun?
-Vine por trabajo. Nací en Lazkao, estudié en la Sorbona de París, luego me instalé en Donostia y después de hacer la mili empecé a trabajar en una empresa de Zaldibia.
-En este pequeño currículum, ¿dónde colocamos la cultura?
-En esa época en mi tiempo de ocio. Por un lado, colaboraba con una asociación del barrio de Amara, 'Euskal Kultur Taldea', organizando conferencias y actividades. Por otro, en mi tiempo libre he tocado todos los palos; la expresión plástica, el arte, la música... Siempre he tenido una ventana abierta a todo lo relacionado con la cultura, pero yo estudié sociología. Cuando surgió la oportunidad de trabajar como técnico de cultura en el Ayuntamiento de Irun, fue algo inesperado.
-¿Por qué?
-No sé, tal vez pensaba que podría dedicarme a la enseñanza o que sería un investigador social. Eran todo suposiciones, la verdad. Volví de hacer la mili y tenía claro que quería trabajar, así que me busqué la vida. El azar es clave también y a mi me trajo hasta aquí, a Irun.
-No solo a trabajar, también a vivir.
-Efectivamente. El 1 de febrero de 1982 empecé a trabajar en Irun y también a vivir. Tuve claro desde el principio que si iba a hacerme cargo de la cultura de la ciudad, lo mejor era estar aquí y mezclarme con la gente.
-¿Cómo era entonces el departamento de cultura?
-¡Ni siquiera era un departamento! (Risas) Era una época de transición y transformación, pero me atrevería a decir que Irun fue uno de los primeros Ayuntamientos en plantearse tener técnicos trabajando en diferentes áreas. Entre el 80 y el 83, se que entramos varios.
-Si recuerdas la fecha, 1 de febrero, seguro que también tienes guardada alguna impresión de esos primeros momentos...
-Pues tengo el recuerdo de que me impresionó mucho la magnífica escalera de la entrada del ayuntamiento. La escalera ha estado siempre ahí, pero también recuerdo otra menos majestuosa, que es la que me llevaba a mi 'oficina'.
-¿Es una escalera secreta?
-¡Para nada! Es de madera y te lleva a lo que llamábamos 'el palomar'.
-¿Así llamabas a tu oficina?
-¡Todos! Es el lugar más alto del ayuntamiento, por eso lo llamamos así. Era un despacho de mamparas, sin ventanas. Muy humilde. Allí estuve dos años, debajo tenía el antiguo archivo con José Monje.
-¿Y de las instalaciones de la ciudad qué recuerdos tienes?
-¡Esa es otra historia! Por esa época, más o menos, no había biblioteca como la de ahora y la pequeña de la esquina de la calle San Marcial estaba de obras. A veces, alquilábamos el teatro Avenida para hacer algunas cosas, pero era difícil porque realmente era un cine.
-Todo empezó desde cero...
-Pues sí, la organización municipal y la infraestructura de equipamientos nacieron casi de la mano.
-Con tanto por hacer, ¿por dónde empezaste?
-Por invertir en nuevos equipamientos. Antes de la década de los 90 se adquirió Ikust-Alaia, donde se instaló la biblioteca municipal. Más adelante surgió el conservatorio de música, el inicio del proyecto de musealizar los descubrimientos romanos de las excavaciones, el primer convenio con la Caja Laboral para gestionar su sala de exposiciones o la rehabilitación del Amaia para convertirse en centro cultural. Poco a poco fuimos dando pasos y añadiendo equipamientos a la ciudad.
-¿Y el departamento de cultura? También lo has visto crecer, tú fuiste el primero en entrar...
-En los inicios todo era muy diferente. Funcionábamos con dos comisiones, la de cultura y deportes y la de educación. Recuerdo que quedábamos los martes para reunirnos los administrativos, el presidente de la comisión y yo. Entonces no había delegados como ahora, el funcionamiento del Ayuntamiento también ha cambiado mucho.
-Cuéntame más cosas que hayas visto 'nacer'.
-Me paro a pensar y me doy cuenta que son muchas, aunque siempre se puede pedir más, claro. En la década de los 90 se compró Martindozenea para los jóvenes, en el 92 empezamos con las ludotecas en Dunboa, en esos años alquilábamos salas en Tunk para grupos, iniciamos el concurso de pintura 'Adour Bidasoa' y el lírico de Luis Mariano...
-No me da tiempo a apuntarlo todo y me parece que todo ha estado aquí siempre y desde siempre.
-Pues no, ha habido mucho trabajo y de mucha gente por detrás. Roma no se hizo en un día...
-Las últimas incorporaciones han sido la Sala Menchu Gal y el CBA, ¿verdad?
-Y el Centro Cívico de Palmera Montero, sí. Recuerdo que la primera idea era la de hacer un museo dedicado a Menchu Gal, pero no teníamos el espacio adecuado para 'montar' un museo, que requiere de un depósito, una serie de salas... Creo que la sala ha sido un acierto, ha habido muestras excelentes.
-Has dejado el departamento de cultura después de casi 35 años de trabajo, ¿queda algo pendiente?
-Irun tiene varios retos que afrontar en materia de cultura. Tiene un proyecto precioso con las termas, la idea del museo de la ciudad... ¡hay mucho por hacer!
-Habrás dejado el departamento, pero no la cultura...
-Claro, ahora tengo tiempo para pintar, dibujar, bailar... Y aún me sorprende mi familia en los museos mirando al techo, para averiguar el sistema de iluminación, en vez de a los cuadros. Gajes del oficio, dicen...
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José Mensuro Hernández 'Mensu' (Artista): «Nunca es tarde para empezar a atender las asignaturas pendientes» |
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Sábado, 07 de Enero de 2017 17:51 |
Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa,el sábado día 7 de Enero de 2017.
José Mensuro Hernández 'Mensu' (Artista): «Nunca es tarde para empezar a atender las asignaturas pendientes»
El pintor José Mensuro 'Mensu'.
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A SUS 81 AÑOS, EL VETERANO PINTOR BIDASOTARRA ACABA DE GANAR UN CONCURSO DE ACUARELA Y HA PUBLICADO SU PRIMER RELATO
7 enero 201700:56
Ahora que comienza el año, quien más quien menos, todos andamos marcándonos nuevas metas y enumerando buenos propósitos. Para renovar planes y abrir caminos inexplorados no importa la edad. Y si no, que se lo pregunten a José Mensuro, 'Mensu'. El veterano pintor bidasotarra ganó recientemente el concurso de la felicitación navideña de la Agrupación de Acuarelistas Vascos y publicó su primer relato en la obra colectiva 'Oskarbi 21'. Siempre que la salud acompañe, «hay que manter activa la cabeza», dice.
-¿Cómo ha vivido el premio de los acuarelistas y su estreno como escritor?
-Con mucha ilusión. Ganar el concurso de la Agrupación de Acuarelistas Vascos ha sido muy importante para mi, porque yo soy más de óleo y ahí dentro hay gente buenísima. No quiero decir con eso que mi obra haya sido la mejor, sino que quizá haya acertado con el tema. Yo empecé a hacer acuarela hace unos años, cuando mi hijo, que trabaja en temas de arte, tuvo el proyecto de hacer un libro sobre los acuarelistas vascos. Y me dijo, medio en broma: «Debería meterte ahí, porque eres mi padre». Aquello me motivó y así empecé a darle a la acuarela.
-¿Y su relato, 'Náufrago'? ¿Cómo nació?
-Me surgió una idea para un final y de ahí fui buscado un principio. Era un final sorprendente. A mi me gusta sorprender. Tengo un humor que no se si es surrealista, porque a veces la gente no lo entiende, de manera que a veces dudo de que sea humor. Pero bueno..., surgió esa idea y coincidió que se me rompió un tendón, andaba un poco mal para pintar y yo tengo que estar siempre haciendo algo. Ahora paso más tiempo en casa, porque Amparo, mi mujer, está en silla de ruedas y salimos menos. Fue ella la que me animó a escribir, por eso le he dedicado el relato. Escribir siempre me ha gustado. Ya hace muchos años, gané un premio en aquellos Juegos Florales que se celebraban en Fuenterrabía. Amparo tiene una fe ciega en mi, aunque yo no creo que sea para tanto. Ella es muy lectora y hablamos a menudo de esta novela o de la otra o de tal o cual escritor y ella me decía: «Tú tienes que escribir». Y yo le contestaba: «Si, si, voy a escribir un tocho de esos de 1.000 páginas, de los que a ti te gustan». Bueno...al final, he empezado por un relato y espero que se de por satisfecha.
-Todo es empezar y usted es la prueba de que nunca es tarde.
-Pues sí. Ya estoy escribiendo otro relato y tengo alguna idea para el siguiente. La verdad es que me ha hecho mucha ilusión que me lo publiquen y tengo que agradecérselo a Ana, la librera de Oskarbi, y a la asociación de escritores, que son todos muchísimo más jóvenes que yo. Yo ya tengo 81 años. Me quedará cuerda de aquí a Errenteria, pero eso no me preocupa. Lo que me preocupa es que la cabeza me falle. Me da escalofríos pensarlo. Por eso tengo que aprovechar a hacer cosas mientras tenga la cabeza lúcida. Lo que pienso es: «O lo hago ahora, o nunca lo haré». Creo que nunca es tarde para atender las asignaturas pendientes.Eso es lo que me motiva para meterme en todos estos berenjenales. La escritura, la fotografía... todo lo que esté relacionado con el arte. Ahora, de contabilidad no me preguntes, porque en eso soy un desastre.
-No dominará los números, pero ha conseguido vivir de la pintura.
-SI, he sido un gran afortunado, aunque me costó horrores. He hecho muchas cosas antes de poder vivir de la pintura. Yo creo que el que una persona pueda vivir de aquello que siente y necesita es algo muy importante, porque siempre vas a trabajar para hacerlo lo mejor posible. Tu trabajo nunca se va a convertir en una rutina. Cuando mi hijo tuvo que elegir carrera, le dije: «Haz lo que te guste». ¿Pero tiene salida? Pues quizá no tenga mucha salida, pero alguien lo va a pedir y si te gusta lo que haces y necesitas hacerlo, seguro que estarás entre los diez primeros. Si, por el contrario, eliges algo que no te guste, aunque tenga salida, puede que haya 200 aspirantes y tú estés de los últimos.
-¿Continúa pintando lo mejor que le es posible?
-Sí, claro. Todas las mañanas. Es una necesidad, más que una afición. Pero ahora voy a mi aire, disfrutando. Hace tiempo que dejé de dar clases. Preferí retirarme cuando sabía que aún me entregaba y que mis alumnos me apreciaban. No quise seguir y dejar que me pesaran los años y acabar sin ganas. Más vale retirarse a tiempo, como los toreros y seguir con otras cosas. Lo mismo me pasa con las exposiciones. Ya solo las hago cuando las galerías me piden algo para una colectiva. La gente no sabe el trabajo que lleva una individual. La tensión que tienes, porque siempre quieres subir un milímetro más alto que en la anterior, más enmarcar, atender a la prensa y si la galería está fuera, viajar, pasar una semana en un hotel... Eso no es para ahora. Ahora lo que quiero es disfrutar con esas asignaturas pendientes y con los nietos.
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