El próximo mes de julio se van a cumplir diez años de la apertura del museo Oiasso de la romanización de Irun, que supuso un hito histórico para la ciudad y para la divulgación de la parte de su patrimonio ligada a la existencia de la ciudad y puerto romanos de Oiasso. Un museo que cumple su década de vida convertido en un referente cultural y turístico de Irun, con miles de visitantes al año.
Pero ese museo moderno, profuso en el empleo de las nuevas tecnologías en su afán didáctico y amplio en espacios y comodidad, tuvo su germen, su primera piedra simbólica, en el hallazgo de la necrópolis romana de la ermita de Santa Elena. Una investigación de la que fue artífice y pionero, en el año 1972, el polifacético irundarra Jaime Rodríguez Salís.
Un año después del descubrimiento, en 1973, el propio Rodríguez Salís vio “la necesidad de instalar en la ermita un espacio expositivo sobre los hallazgos de la necrópolis que hoy sigue al descubierto y que puede visitarse en el interior del templo”, recordaba este miércoles la directora del museo Oiasso, Mertxe Urteaga, que ha dedicado buena parte de su trayectoria como arqueóloga al Irun romano y que fue “aprendiz y discípula de Rodríguez Salís en aquellos inicios, nada más terminar la carrera universitaria”.
Aquella primera exposición en la ermita fue “renovada en el año 1989, para actualizarla a los nuevos hallazgos que se hicieron con posterioridad a su apertura, convirtiéndose en un primigenio museo de la romanización de Irun, hasta que llegó Oiasso”, explicaba Urteaga.
ELEMENTO FUNDAMENTAL El museo Oiasso ofrece, desde su apertura en 2006, “ una visita guiada doble, al propio museo y a la necrópolis de Santa Elena, que es un elemento muy importante y significativo del Irun romano, rico en la calidad de sus elementos y muy útil para entender el contexto de la antigua ciudad romana de Oiasso”.
Mertxe Urteaga estaba “especialmente satisfecha e ilusionada de mostrar, tras estos años de espera, la renovación completa de la parte expositiva de la necrópolis de Santa Elena; una renovación lógicamente necesaria y que estaba pendiente, ya que teniendo el museo Oiasso, lo suyo era enfocar la visita a la ermita únicamente a lo que allí se puede ver, que son los restos de la antigua necrópolis de Oiasso, y con ella, centrarse en el culto funerario en época romana”, señalaba Mertxe Urteaga.
La directora del museo Oiasso presentó el miércoles, coincidiendo con el Día Internacional de los Museos y en compañía de Juncal Eizaguirre, edil de Cultura de Irun, esta completa renovación de la parte expositiva de la ermita de Santa Elena, que ha sido posible gracias a una subvención, de 25.144 euros, otorgada por el Gobierno Vasco.
LOS CAMBIOS “La reforma se ha basado primero en un cambio de concepto, centrando la exposición en los ritos y costumbres funerarias de la civilización romana, y segundo, en una reorganización del espacio, redistribuyendo el contenido hacia las paredes de la sala, con nuevos paneles explicativos y eliminando la gran vitrina central que hacía estrecho el espacio a la hora de las visitas en grupo”, detallaba Mertxe Urteaga.
La edil de Cultura del Ayuntamiento de Irun, Juncal Eizaguirre, dio la “bienvenida” a la renovación de este espacio, que “mejora y enriquece la visita a la necrópolis de Santa Elena, que es uno de los puntos más visitados de la ciudad, ya que atesora unos restos romanos de primer orden”, recordaba.
Esos restos y su contexto lucen ahora, tras años de espera, de una forma más adecuada.
DETALLES
Dos mil años. El espacio que hoy ocupa la ermita de Santa Elena, ubicada en la Parte Vieja de Irun, cerca de la plaza Urdanibia y al otro lado de la regata, ha tenido usos religiosos durante los últimos dos milenios. Primero fue necrópolis y cementerio de culto romano, de la ciudad de Oiasso y más tarde, en el siglo X, se estableció allí una pequeña iglesia, aprovechando uno de los edificios romanos. Esa iglesia fue creciendo hasta alcanzar en el siglo XVI las dimensiones actuales. Está dedicada precisamente a Santa Elena, la madre del emperador Constantino, quien autorizó en el año 313 la religión cristiana.
Muros protectores. Según explica la directora del museo Oiasso, Mertxe Urteaga, “los muros de la ermita han hecho de protección a lo largo del tiempo ante las crecidas de la regata, y así, se mantuvo y conservó hasta nuestros días, entre esas paredes, una parte de lo que debió ser una necrópolis romana mucho más grande”.
Puertas abiertas. Para celebrar de alguna forma esta renovación del espacio expositivo de la necrópolis de Santa Elena, este domingo habrá una jornada de puertas abiertas, a partir de las 12.00 horas. La propia Mertxe Urteaga dirigirá dos visitas guiadas, habrá música con el quinteto de metales Daxelbrass y la sociedad Kurpil Kirolak servirá un caldo a todos los asistentes. Precisamente su presidente y también vecino de la Parte Vieja, Juanjo Aldako, se mostraba “contento por ver renovado un espacio que es parte de nuestra historia y todavía, desconocido por muchos”.
Organizadores y jurados. Alicia Cebrián, Arantza Berroataran, Miguel Ángel Páez, Marie Ceza y Guetty Troisfontaine. 
