«Nunca luchamos por una venganza para pasar el cuchillo a nadie, pero sí para luchar contra todo aquel embrión que se iba formando en Europa, el fascismo y sus consecuencias». Si no hubiera sido por un documental muy poca gente, salvo familiares y allegados, hubiera conocido la labor y el valor demostrado por 24 irundarras que formaron parte del batallón Gernika, que plantó cara al ejército alemán durante la II Guerra Mundial. Habrá quien despectivamente diga que son las 'historias del abuelo', mientras que Paco Pérez, gudari de aquel batallón, asegura que «es importante sacar conclusiones de lo que cuentan los mayores porque tienen sabiduría».

El Foro Irun Hogeitabat homenajeará mañana a los 24 combatientes de Irun que participaron en el batallón. El acto tendrá lugar en la plaza Árbol de Gernika, a las 18.30 horas. Allí se colocará una «placa provisional con los nombres de todos los irundarras que participaron, se bailará un aurresku y se les realizará una ofrenda floral», explicó ayer el presidente de la asociación cultural, Gorka Álvarez, durante la presentación del acto en el Museo Oiasso. El acto contará con la presencia de familiares de los combatientes irundarras, algo que ha sido posible gracias a los esfuerzos del Foro Irun Hogeitabat por «poner historia y alma a los nombres de la lista que teníamos». Entre ellos se encuentra la hija del irundarra Kepa Ordoki, comandante del batallón. Más tarde, sobre las 19.30 horas, el Centro Cultural Amaia acogerá la proyección del documental 'Batallón Gernika, esperanza de libertad (1945-2015), realizada por la productora Baleuko.

Paco Pérez es, junto con el ondarrés José Ramón Aranberria -alias 'Machote'-, uno de los gudaris supervivientes de aquel batallón. El irundarra se mostró contento por el reconocimiento aunque aseguró que «llega con un poco de retraso, son cosas que se tenían que haber hecho antes». Lúcido y con los recuerdos de aquellos años aún frescos en la memoria, explicó que finalizada la Guerra Civil española su padre y sus tres hermanos mayores fueron encarcelados, algo que le marcó y por lo que «pensé en que tenía que meterme en la lucha como fuera». Alistarse es una decisión que no le pesa, «estoy contento por haber participado en el batallón Gernika y de haber hecho lo que hice. Hoy volvería a hacer lo mismo».

Paco Pérez y Gorka Álvarez durante la presentación del acto en recuerdo de los combatientes. / DE LA HERA

El Día Mundial de los Museos que se celebraba ayer se dejó sentir en la ciudad. Decenas de escolares participaron en la gynkana que Oiasso organizó para ellos por las calles del centro, mientras en la ermita-museo de Santa Elena, la delegada de cultura, Juncal Eizaguirre, y la directora del Museo Romano, Mertxe Urteaga, presentaban la renovada exposición de este peculiar espacio que es a la vez yacimiento, museo y espacio religioso.

Visitas guiadas. A las 12.00 y a las 13.00 horas se ofrecerán visitas gratuitas a cargo de la directora del Museo Oiasso, Mertxe Urteaga.

Música. 'Daxelbrass', quinteto de metales formado por músicos de la Banda Ciudad de Irun, actuará en directo en el exterior.

Caldo. La sociedad Kurpil ofrecerá un caldo a los asistentes.

La apertura de Oiasso hace ahora diez años convirtió Santa Elena «en un museo del sitio, un monográfico sobre la necrópolis romana y la ermita», explicaba Urteaga. Estaba pendiente una actualización de su contenido que por fin se ha producido «gracias a una subvención del Gobierno Vasco que solicitó y consiguió la empresa K6», la adjudicataria de la gestión de Oiasso. Desde allí se organizan las visitas guiadas a la ermita que «se ha convertido así en uno de los puntos más visitados en la ciudad», explicó la delegada de cultura. «Era necesaria una revisión y una mejora de su contenido».

Esa reforma se ha realizado «con calma, así que estoy contenta de poder decir que llegamos al final del trabajo que hemos venido haciendo aquí», aseguró Urteaga.

Se barajaron diversas opciones hasta que se optó por una de ellas. De acuerdo con ese proyecto de museización, la gran vitrina central que reunía las cerámicas funerarias y otros restos hallados en el yacimiento del interior se han desplazado a una cristalera integrada en la pared, habilitando «más espacio para los participantes en las visitas». Se han retirado las barras verticales de madera que separaban la zona expositiva de los restos romanos y, con sólo un cristal en medio, la huella de la antigua necrópolis se ve ahora con claridad y comodidad.

Estos cambios, así como el resto de novedades (nuevos paneles informativos, nuevas vitrinas para destacar algunos de los elementos más interesantes) los podrán conocer todos los irundarras este domingo en el acto organizado con motivo del Día Mundial de los Museos y en el que habrá música en directo en el exterior, visitas guiadas en el interior y un caldo cortesía de la sociedad Kurpil. «Esta ermita es un orgullo para la ciudad y para la Parte Vieja», señaló su presidente Juanjo Aldako. Uno de los lazos entre Santa Elena y su barrio es la misa anual en las fiestas de agosto que ha recuperado la A VV y en la que las obras realizadas no interfieren. «Algo que define este lugar es que ha acogido celebraciones religiosas durante 2.000 años y es un valor intangible que eso pueda seguir siendo así», destacó Urteaga.

Más espaciosa. Urteaga, Aldako y Eizaguirre en la reformada ermita de Santa Elena. / F. DE LA HERA