La Asamblea de la Mancomunidad de Servicios de Txingudi ratificó ayer la defensa en los tribunales de su continuidad en el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa. Dentro del largo litigio judicial del que depende la presencia o no de Txingudi en el órgano que agrupa a las mancomunidades guipuzcoanas, éste es un paso clave, ya que de no darlo, la mancomunidad bidasotarra hubiera quedado directamente fuera. Aún podría ocurrir, si el pronunciamiento del tribunal no le diera la razón.

La cuestión es que para ratificar esta decisión, la Asamblea de la Mancomunidad requiere una mayoría de ocho de los once miembros que la constituyen. Siete estaban a favor y tres en contra y era el voto de la representante del PP irunés, Juana de Bengoechea, el definitivo. «Soy consciente de que hay una mayoría a favor y que el hecho de que mi voto sea decisivo es una cuestión accidental, estatutaria», admitía ayer ante el resto de la Asamblea. «Pero mi opinión es que, viendo el devenir de los acontecimientos, GHK está muerto y, además, su funeral, va a ser carísimo», dijo en referencia a las indemnizaciones que podría tener que pagar por suspender proyectos ya adjudicados. Su propuesta para conciliar estas dos realidades fue «votar a favor, con la condición de que la Mancomunidad diseñe soluciones para atender a sus ciudadanos. En dos años y medio los vertederos guipuzcoanos estarán llenos y el precio que pagamos por tonelada de basura es carísmo», lo que corroboró también el gerente de Servicios de Txingudi, Miguel Ángel Muñagorri. «Debemos buscar soluciones de emergencia que pueden ser más baratas», pidio Bengoechea, «y contemplar una solución autónoma para Txingudi».

Oinatz Mitxelena (Bildu) advirtió sobre esa frase que la representante popular estaba hablando «de una incineradora» y ella asintió. Tras la Asamblea, sin embargo, el presidente de la Mancomunidad y alcalde de Irun, José Antonio Santano, negó que a día de hoy se esté pensando en eso, sino en «soluciones de urgencia», es decir, en otros posibles vertederos a los que trasladar la basura, en Navarra, La Rioja o Araba. Tampoco habría que descartar la incineradora vizcaína de Zabalgarbi, que aunque no está lejos de su capacidad máxima, podría acoger las basuras de Txingudi desligadas del resto de basuras guipuzcoanas.

«Vamos a ver qué opción es la mejor y con quién lo hacemos. Si lo abordamos con el resto de Gipuzkoa», opción que Santano dijo preferir, «o lo hacemos solos». El vicepresidente y alcalde de Hondarribia, Aitor Kerejeta, advirtió que aunque se discute entre el puerta a puerta y el quinto contenedor, «ése no es el problema: por mucho que se avance con el reciclaje habrá que resolver qué hacer con la basura que no se recicla».

Aunque parece que los técnicos de Servicios de Txingudi ya están trabajando sobre las alternativas, éstas no se darán a conocer hasta finales de septiembre.